sábado, 27 de agosto de 2011

Ciudadela

Nací el 03 de Junio de 1934 por lo que a la fecha tengo 77 años, estudie en el Colegio de la Inmaculada entre 1941 y 1952 y en la Facultad de Ingeniería de la  Universidad Católica para ser Ingeniero Civil entre 1953 y 1957.

En el colegio sólo me interesé por el futbol por lo que fui un mal alumno y además me distinguí por un pésimo comportamiento. Al terminar en 1952 opté por la Ingeniería por que las matemáticas era lo más afín a mi, pues a pesar mío, Jorge Quiroz R. mi profesor, logró que me gustaran.

Fue sólo después de terminada mi carrera que me empecé a aficionar a la lectura y a interesarme por la Historia, la filosofía, el arte y todas esas cosas aparentemente lejanas a las matemáticas y las ciencias. Fue así como leí casi todas las obras de André Maurois especialmente las biografías e Historias que él ha escrito. Más adelante leí también todas las obras de Antoine de Saint Exupery que me llenó de admiración y pensamientos que estimo enriquecieron mi vida. He leído muchas de las obras de Erich Fromm que me llevaron por los caminos del conocimiento de la persona humana. Descubrí un día a Ashley Montagú un famoso antropólogo quien con su obra “La Dirección del desarrollo humano” le dio más luz a las ideas que había recibido de Fromm.

Largo ha sido mi caminar por la vida buscando la verdad, la esquiva verdad. Descubrí que si bien el concepto de verdad es un absoluto, es precisamente como tal que es inalcanzable, pues, cuando ya crees haber encontrado algo, descubres a su vez, que atrás de ello hay mucho más, con lo que terminé convenciéndome, una vez más, que sólo sé que no sé nada.

Debo referir que me he metido a crear este Blog, (no sé por qué se llama así), a instancias de una de mis hijas, yo por mi mismo no lo hubiera hecho nunca, pero ella terminó convenciéndome con el principio que de alguna manera, alguna de las cosas que ponga en esta hoja, puede servir a otros. ¡Qué cierto! Cualquiera, grande o pequeño, importante o no, puede ser útil a otro. Los seres humanos estamos aquí para servirnos unos a otros que es lo que se llama “amar”.

Mientras he desarrollado mi profesión, construyendo y calculando edificios, supervisando obras y dando a quien me requería la asesoría técnica que necesitaban, he dedicado algún tiempo de mi vida a viajar, a pintar y a escribir. Lateralmente mi permanente afición al deporte me mantiene siempre atento a los grandes partidos de futbol, tenis y golf que la televisión de hoy pone a mi alcance.

Mis viajes por Europa me dieron la oportunidad de admirar los museos de pintura impresionista que me cautivaron y ello me llevó a pintar algunos cuadros que están por allí en mi departamento y en las casas de algunos amigos.

Estoy ya llegando adonde quería al empezar esta breve reseña de quien soy. Hace ya unos buenos años que empecé con la idea de escribir. Todos tenemos algo que decir sobre determinado tema y eso vale la pena concretarlo.

¿Por qué Ciudadela? Pues porque este es el título de la obra póstuma de Saint Exupery en la que él nos plantea reflexiones de la vida interior que constituye la esencia misma del hombre, todos tenemos un jardín interior que cultivar.

Tengo los siguientes trabajos, para copiar en este Blog, (mi hija me dice que puedo hacerlo) para que estén al alcance de los terceros que en su búsqueda puedan encontrar en ellos alguna luz o al menos alguna inquietud del mismo modo que yo, cuando joven ingeniero, la encontré en todo aquello que leí.

Mi lista no es larga:

Cristóbal de Losada y Puga.
Biografía de mi padre. Fue un matemático y profesor universitario.
Amalia Puga de Losada.
Biografía de mi abuela. Fue una poetisa y escritora cajamarquina que tuvo una vida de novela.
Breve Historia de Francia.
Síntesis de la Historia de Francia de André Maurois. No es una obra propia, es sólo una breve historia que hice para unos amigos que antes de viajar a Francia querían saber algo de aquel país sin tomarse el trabajo de leer algún largo relato.
Federico Villarreal
Vida y Obra. Biografía de éste importante científico peruano. Toda una vida dedicada a la ciencia y a su patria.
El Drama del Futuro.
Una búsqueda del sentido de la vida y del desarrollo humano.
Antoine de Saint Exupery,
Vida y Obra. Biografía de este ilustre autor del El Principito.

viernes, 26 de agosto de 2011

El Drama del Futuro (Introducción)

 PROLOGO DEL AUTOR

Ashley Montagú[1] en su libro “La dirección del Desarrollo humano”[2] reflexiona así:

“El hombre de hoy ha dejado de considerarse a sí mismo la preocupación de mayor importancia. La humanidad como nunca esta cerca de alcanzar grandes logros. Nuestros descubrimientos científicos y adelantos técnicos nos deslumbran, pero al mirarse a sí mismo, si lo hiciera,  ¿nos hemos acercado a la realización de un hombre que haga justicia, diga la verdad, y sea consciente de sus valores y potenciales?”

“La nuestra no es hoy una vida de satisfacción, sino más bien de caos y desconcierto, muy peligrosamente cercano a un estado de locura, no equivalente a la histérica locura de la edad media, sino más bien a una más análoga a la esquizofrenia, en la que se ha perdido el contacto con la realidad interior y el pensamiento esta divorciado del afecto.”

“En la escuela a los niños se les inculca que la honestidad, la integridad y la preocupación por el alma, deben ser los principios y valores que guíen su vida, pero la vida les enseña que seguir esos principios los convierte en soñadores e irrealistas. ¿Oyen nuestros hijos una voz que les diga a donde ir y para que vivir? Ellos sienten que la vida debe tener un significado, ¿pero cual?. Anhelan la dicha, la verdad, la justicia del mismo modo que cualquiera de nosotros. ¿Somos capaces de satisfacer sus anhelos?, ¿Somos capaces de satisfacer nuestros propios anhelos?”

“El hombre es el único animal que puede aburrirse, estar descontento, insatisfecho, o feliz y realizado, es el único para el que su existencia es un problema que resolver”

“El hombre no es libre de elegir entre tener o no tener ideales, pero si es libre de elegir entre distintos tipos de ideales, entre la devoción al poder y la destrucción o la devoción a la razón y al amor.”

Hace unos años fui invitado a dar una conferencia ante los miembros de cierta agrupación cultural del Distrito de La Molina, para la que escogí como título: ¿Es posible la esperanza? La misma conferencia, la repetí poco después, invitado por el Rector de la Universidad del Pacífico. Pasados los años, descubrí que había perdido las notas de aquellas conferencias y decidí recomponerla y ampliarla en este ensayo que pongo ahora en tus manos.

Quiero aclarar que cuando en este ensayo hablo de esperanza  no trataré de ella desde el punto de vista religioso. No trataré de la vida después de la muerte, ni de la fe en Dios. En este trabajo me interesa el futuro de la humanidad. Me interesa y me preocupa en que medida ese futuro depende de mí o de ti. Se trata entonces del desarrollo humano y el desarrollo de los pueblos.

En cualquier momento de la existencia humana el problema del futuro es fundamental. ¿Qué futuro nos espera? ¿Será el deseable? ¿Será el que fuerzas extrañas nos impongan? ¿Podremos dirigir nuestro futuro?

En ese contexto, este ensayo no puede ser otra cosa que antropocéntrico. De otra forma no tendría razón de ser, por cuanto lo que trataré es de demostrar que el futuro de la humanidad depende del hombre mismo y de la cultura de la que, a su vez, es gestor. El problema es el hombre y su realización.

Soy consciente que este ensayo generará reacciones diversas. Habré de enfrentarme primero, que duda cabe, a todos aquellos para quienes los hechos se originan por designios divinos, a aquellos para quienes es una mezcla que no logran definir, entre fuerzas sobrenaturales y factores aleatorios incontrolables. Por todos ellos declaro desde ahora mi más profundo e irrestricto respeto, pero yo no pienso así.

Tan sólo quiero pedirles, que frente a las ideas pongamos siempre una mente abierta. A mi solo me mueve la ambición de contar con un verdadero camino para el desarrollo humano y el de los pueblos, que es el que necesitamos para vestir al desnudo y dar de comer al hambriento y poner al alcance de todos lo que ahora les falta. Sólo si hacemos eso, es que estaremos cumpliendo con la creación y el encargo del creador.

Debo agradecer profundamente a dos amigos a quienes puse este trabajo en sus manos cuando todavía estaba a medio camino. Ellos, Fernando Correa y Antonino Espinosa lo leyeron y me alcanzaron sus puntos de vista que en muchos casos he considerado oportuno insertar y las faltas de claridad que he tratado de explicar donde se hacía necesario.

A ambos les agradezco profundamente.

Han pasado casi 5 años desde que empecé las primeras notas de este trabajo. Ha llegado el momento de entregarlo al juicio de quienes tengan la buena voluntad de leerlo.

Enero del 2006

ALM



[1] Ashley Montagú, Antropólogo americano, profesor de la Universidad de Harvard y Princeton autor de varios libros importantes.
[2] La Dirección del Desarrollo Humano: Las citas de este libro insertas en este ensayo corresponden la edición de 1961 de EDITORIAL TECNOS S.A. Madrid Traducido al castellano por María-Dolores López Martínez

jueves, 25 de agosto de 2011

El Drama del Futuro - (primera parte)



CAPITULO I

EL FUTURO


El futuro es el tiempo por venir, lo que ha de ocurrir de ahora en adelante, es por tanto desconocido y como tal nos genera temor y cierta angustia. ¿Qué será de mi? ¿Qué será de nosotros? ¿De mis seres queridos? ¿Cómo será la vida? Hay tantas dudas como podamos imaginar. Todo es absolutamente desconocido.

Pero el futuro se va haciendo presente paulatinamente. Mañana esta en el futuro, pero mañana esta muy cerca. Los próximos 3 minutos están en el futuro, pero serán el presente en unos instantes. Será difícil prever el futuro lejano, pero conforme nos referimos a un futuro más cercano éste se hace de algún modo y hasta cierto punto previsible. La vida en si es la sucesión de futuros cercanos que se van haciendo presentes, así si cada cual puede influir en su futuro cercano, consecuentemente puede influir en su futuro menos cercano, que no es sino la suma de éstos. Mi decisión de estudiar el día de hoy o mañana forma parte de mi voluntad,  mi libertad y mi capacidad de decidir. Tal decisión de mi futuro cercano que depende de mi voluntad me hará o no profesional, generará un camino a seguir. Una buena o  mala decisión marcará entonces mi futuro. Entonces, preguntémonos, ¿porqué solemos pensar que el futuro es imprevisible, que el futuro es desconocido? Cierto es que no conocemos los detalles del futuro, pero conocemos o podemos conocer las grandes líneas del futuro y eso es lo importante. ¿Qué nos importa saber si mañana tendré o no un carro verde, o una casa en tal o cual lugar o de tal  o cual tamaño? Esas preguntas son inútiles e innecesarias. Más importante es preguntarse, ¿Seré honesto? ¿Seré un buen médico o abogado o ingeniero? Lo que importan son las grandes decisiones, aquellas que Stefan Zweig nos recordaba como los momentos estelares de la humanidad. Parece entonces que lo imprevisible se nos hace menos ajeno. Los hechos del presente y  de mi futuro cercano se trasladarán a mi futuro lejano y lo influirá.

Pero lo que suele ocurrir es que muchos quieren conocer los detalles del futuro, saber lo que el futuro nos depara. Para ello, algunos consultan al tarot, a la baraja española o a la quiromancia. Otros consultan a los dioses y a sus oráculos. Otros ruegan a su Dios y piden les ayude. Desde tiempo inmemorable ésta ha sido una preocupación permanente en el hombre. Conocer de esa forma el futuro no sólo es imposible es además inútil, innecesario y posiblemente dañino. Si alguien conociera el futuro en su detalle sería un anormal.

Cuando muchos hacen predicciones sobre el futuro, resulta probable que algunos acierten y a ellos se suele atribuir poderes. Tal es por ejemplo el caso de Nostradamus. Hoy ocurren cosas que se atribuyan a vaticinios suyos. Pero no se dice nada de lo que vaticinó y nunca ocurrió. Tal forma de vaticinios no es “honesta” pues sólo es un juego de azar. Por otro lado los vaticinios en cuestión suelen ser siempre vagos, es decir, difusos de modo que basta un juego de palabras para tomarlos como ciertos.

¿Es importante conocer el futuro? Si, es importante, pero no el futuro en su detalle sino el futuro en sus grandes líneas.

¿Qué se quiere decir con el futuro en sus grandes líneas? El comportamiento de la sociedad se puede asimilar en cierta forma al comportamiento individual. Es predecible que un joven de 15 años que gusta de la lectura será mañana un hombre culto, pensante, reflexivo etc. Que un joven entusiasta por el deporte será de hombre una persona ágil de movimientos ligeros. De esta manera a base de grandes rasgos podemos delinear o marcar las grandes líneas que tendrá una persona. Lo mismo podemos decir de la sociedad o de la humanidad en su conjunto o de alguna parte de ella. Una familia exenta de valores hará mas difícil que aporte valores a la sociedad. Una sociedad que vive guerreando y matándose no será, muy probablemente una sociedad con un futuro provisor. Al menos a mediano plazo.

El simple hecho de saber qué nos traerá el mañana, nos permitiría prepararnos de alguna manera. Pero, ¿es posible conocer el futuro? También debemos responder afirmativamente, pero hay que enfatizar que lo cognoscible del futuro no son los detalles, sino aquellas grandes líneas que hemos mencionado. Respecto de los detalles del futuro sólo podemos hacer suposiciones y así tener ilusiones o esperanzas. Si tales suposiciones están en el mismo plano de los grandes lineamientos, serán esperanzas válidas, de lo contrario serán vanas ilusiones. Una ilusión, en el sentido literal del término, es una apreciación errada de la realidad, un ensueño o una utopía, o más precisamente una quimera que no guarda relación con el futuro a que nos hemos referido. Una esperanza, desde el punto de vista humano, para ser válida requiere una dosis de lógica, de sentido común, de correspondencia entre causa y efecto, de concordancia con el futuro cuyos grandes lineamientos hemos ido trazando en la sucesión de presentes y futuros cercanos que la vida nos permite.

El único conocimiento absoluto que tenemos del futuro como detalle es la muerte. La vida individual empieza al nacer y termina al morir, esos son los marcos. Pero ¿para qué debe haber un marco? Los marcos en su visión más plena definen lo enmarcado, le dan un sentido. Los árboles crecen dan flores y éstas al acabar se hacen frutos. En ésta visión de la naturaleza parece haber un mensaje: Dar frutos. Todas las formas de reproducción sea cual fuere la especie que observemos se dirige a la perpetuación de tal especie, alguien muere para que otro viva. ¿Hay también un mensaje aquí? De no acabar la vida, no tendríamos ningún vencimiento de plazos y en consecuencia, no sería necesario empezar nada, siempre lo podríamos dejar para mañana. La muerte es, no sólo un hecho real sino además es un hecho necesario para la vida y la realización de cualquier ser. Las condiciones básicas de todo ser vivo individualmente tratado, es que nace, crece, se reproduce y muere. Eso tiene un sentido.

Todos, en consecuencia, tarde o temprano habremos de morir, pero ¿la humanidad?, como especie;  ¿Habría razones para temer por su desaparición?  ¿Requiere también de la necesidad de morir para su realización? ¿Hay una forma de realización para la especie humana?  ¿Será la evolución en el sentido positivo su exigencia para sobrevivir?

Todos hemos comprobado que algunas especies han desaparecido. ¿Qué cosa motivó tales cosas?

Algunas de tales razones han sido:

  • Modificaciones del medio ambiente.
  • Depredación por parte de otras especies.
La desaparición de una especie de vida, cualquiera que ella sea, se produce básicamente por su incapacidad para  luchar contra las fuerzas que tienden a su extinción en caso de haberlas. Si a cierta especie le empieza a faltar alimento y no encuentra modo de resolver su problema, su posible extinción será causada por tal incapacidad.

A la luz de esta realidad la especie humana es también susceptible de desparecer. Podemos suponer alguna forma de evolución de la naturaleza de la que somos parte y con ella una evolución de la humanidad, pero  tal evolución de la naturaleza puede derivar en contra de la especie humana y poner en peligro nuestra existencia.

En este contexto: ¿vive la humanidad como especie, una problemática similar a cualquier miembro individual de ella, es decir debe tener un principio y un fin?

Considerar que un meteorito, astro o cometa podría ser tan grande como para destruir la tierra y con ello generar la desaparición de la humanidad es muy poco probable en esta etapa de la evolución. La mecánica celeste no produce ese tipo de efectos. El universo esta en permanente expansión, antes que a colisionar, los cuerpos tienden a separarse. El último cometa y meteorito que pasó cerca de la tierra hace unas semanas, pasó a más de 1 millón de kilómetros de distancia. Así pues a la luz de estos hechos el futuro existirá por muchos, muchísimos miles de años, quizás millones de siglos, pero ¿Será para siempre?

Los temores respecto de catástrofes totales, que nos infunden la literatura de hoy que divulgan los cineastas mostrando escenas fantásticas, encuentros con seres depredadores, catástrofes totales etc. han dejado una estela de dudas y errores a una sociedad que absorbe todo lo que recibe. La llamada “ciencia-ficción” tan en boga hoy en día, se basa en unos cuantos datos de la ciencia popular generalmente mal informada, para colaborar al mar de violencia y horror que se nos presenta, pero, ¿podrían suceder tales horrores?

La observación de una NOVA ó una SUPER NOVA,  que hasta donde la .ciencia sabe, es el nacimiento de una estrella es un hecho que vemos hoy pero que ha ocurrido hace muchos millones de años, o sea que es sólo un hecho visual, su realidad es del lejanísimo pasado. Una Nova es un hecho natural dentro del proceso de formación de los astros, planetas, galaxias y el universo todo, no es una catástrofe. El sistema solar y todos sus planetas no caen a ninguna parte, quizás sin saberlo orbitamos a otros astros, es decir, viajamos juntos en perfecto equilibrio como parte de una galaxia y ésta también viaja no sabemos hacía adonde pero, en todo caso, cada vez se separa mas de las otras galaxias, cumpliendo el principio de que el universo está en permanente expansión.


El sistema solar en el que se ubica la tierra, la galaxia que lo contiene y el universo todo, constituye un sistema estable. No se ha verificado ninguna forma de comportamiento anómalo que lo desestabilice o le haga perder sus características. No hay razones para considerar su desaparición y con él la de la especie humana, tal como la conocemos ahora o evolucionada en cualquier sentido al menos en un plazo razonable a nuestros intereses presentes. Pero, ¿Existirá la humanidad por siempre?

Tomando en consideración nuestra ignorancia de las características reales del universo, no podemos poner fuera de las posibilidades el que dentro de millones de siglos, algo podría sobrevenir que conlleve la desaparición de nuestro planeta o del sistema solar y con estos la de la especie humana.  

Aunque parece que la naturaleza presenta retos al hombre no le es hostil. Mas bien lo contrario, la naturaleza y su evolución parecen esta al servicio de la humanidad.

Por otro lado la humanidad parece, al menos hasta ahora, adecuadamente equipada para sobrellevar las atingencias de lo que le pudiere ocurrir. Por ejemplo: La actual preocupación por la destrucción de la capa de ozono que nos protege de los rayos ultravioletas, tiene importancia y sin duda que de no revertirse el fenómeno, traerá con el curso de los siglos venideros, una cierta evolución. Tendremos quizás una  piel más gruesa que la naturaleza “creará” para proteger la vida, tal como ocurre en las plantas o en cualquier ser vivo. Cuando su “hábitat”[1] sufre una modificación, las especies que lo comparten alterarán, con el tiempo, sus características y evolucionarán para acomodarse al nuevo “hábitat”.

Parece ser que la humanidad sobrevivirá, generación tras generación, otros hombres y todo su entorno, modificados por la evolución en proceso, continuarán el viaje al menos por muchísimo tiempo. El tiempo, esa variable de nuestra existencia que no solemos definir bien, es el testigo del cambio, el testigo de la evolución. El día en que algo o alguien dejen de cambiar el tiempo dejará de ser o existir para él o para ello.

La tierra seguirá rotando sobre sí misma y girando alrededor del sol como lo seguirán haciendo los otros planetas y sus lunas. El sol y todas las galaxias seguirán trasladándose en el espacio en rutas aún desconocidas. Dejarán de existir para mí el día que yo muera, pero la nave continuará su viaje sin mí. Tú o yo, habremos dejado en ella algunos aportes durante nuestras vidas y habremos viajado que es lo importante. Otros navegantes, siguiendo nuestras  huellas harán otros surcos.

 Pero aceptado el supuesto que la especie sobreviva por muchísimos tiempo, como consecuencia de la naturaleza que la rodea. ¿Sería posible una autodestrucción o una desaparición por causas que no sean parte de la naturaleza misma?

Podemos hacer algunas comparaciones entre el hombre primitivo, el de la edad de piedra, el de la antigüedad, el de la edad media, o el del Renacimiento con el hombre que hoy llamamos moderno y podríamos preguntarnos: ¿ha mejorado? ¿Es más feliz? ¿Vive mejor?  Es decir, podemos hacer una crítica a nuestra época y establecer si se ajusta a lo deseable. Otra forma de la misma pregunta podría ser: En el sentido de los asuntos esenciales a su supervivencia ¿Hay una prosperidad? o ¿Hay una decadencia?

Si contestamos por lo primero, no cabe duda que una prosperidad sería lo deseable y no tendríamos razones para temer. Pero si optamos por la segunda, tendríamos que empezar a preocuparnos y repreguntarnos quizás:

¿Cuan grave es esa decadencia? ¿Adonde puede llevarnos? ¿Podría ser hasta la destrucción?

¿Están planteadas las bases para la supervivencia de la humanidad? ¿Qué hombre será el del mañana? ¿Qué podemos esperar de él? ¿Será un hombre feliz? ¿Podremos hacer algo por intentar darle una orientación? ¿Nos limitaremos a ser simples espectadores? ¿Podremos ser constructores del futuro? ¿Tenemos una misión? Y si es así ¿Cuál es?

LA MUERTE.-

A pocas cosas tememos tanto como a la muerte. Es que la muerte es un desconocido sobre la que además no cabe acción alguna.  Todas las acciones han sido dirigidas a mantener la vida o prolongarla todo lo posible, pero finalmente a pesar de todo nos llegara la muerte. Es inexorable.

Pero, aparte de constituir el término inexorable de la vida, ¿Tiene algún sentido la muerte?, aunque quizás haya que decirlo de otro modo: ¿Podemos darle un sentido a la muerte?

Las enseñanzas de todas las religiones nos hablan siempre de la muerte, la mayoría como una forma de vida después de la muerte. Encuentros, premios, castigos, han sido enseñanzas que hemos escuchado desde niños, agregando a la muerte otros temores, además de los propios de lo desconocido.

¿Podríamos buscar un sentido a la muerte, de algún modo ligado a la realización de la humanidad que como especie sobrevive a toda muerte individual?

Para todos los seres vivos cuya existencia es más que el estar e implica un ser, la vida les exige ciertas condiciones para su supervivencia. Esto es lo mismo de aquello que decíamos que el hombre es el único ser vivo para el cual la vida es un problema que resolver.

¿Qué problemas tenemos los humanos?

En cualquier etapa de la evolución deberá resolver:

  • Necesidad de conseguir:       alimento.
          • Abrigo
          • Salud

  • Necesidad de relacionarse con los demás.
  • Necesidad de evitar la depredación de la especie.
A éstas podríamos llamarlas, como veremos después, las necesidades básicas.

Pero el hombre es más. Su capacidad de comunicarse mutuamente le permite generar una cultura de mayores alcances y esto nos lleva a incluir para el la necesidad de resolver su problema existencial básico:

Necesidad de que su vida tenga un sentido y una dirección.

La muerte es entonces el marco que limita la vida para la realización de los valores deseables y para darle el sentido que se proponga.

La necesidad de hacer algo exige un plazo para que tal necesidad se cumpla. ¿Por qué habré de verme exigido a hacer algo si puedo hacerlo mañana? Y, si siempre hay un mañana, ¿Cuando me veré obligado a hacerlo?

Esto nos debe llevar a estar de acuerdo en que la realización de cualquier necesidad exige un plazo, de otro modo no habría acción posible. Nadie haría nada.

La muerte será para el hombre el plazo desconocido para la realización de sus anhelos, para la realización del sentido que busca a su vida, plazo que de no existir haría irrealizables tales anhelos o al menos poco probables.

En el absurdo supuesto que la muerte no existiera para el hombre, nos podríamos preguntar: ¿Qué necesidad habría de empezar una acción, de sostener un valor, si tengo la eternidad para su realización?

Estas mismas preguntas se las podemos hacer, ya no a un miembro de la especie, sino a la humanidad como especie. ¿Qué tiempo tenemos para la sustentación de nuestros valores, para el logro de nuestros posibles objetivos? ¿Contamos con la eternidad?

Definitivamente no. Nada es eterno. El sistema solar, la tierra, la especie humana evolucionarán, y eventualmente podrá haber giros inesperados, como lo fue la creación misma. Entonces, ¿Cuánto nos queda?

La indeterminación del plazo, constituye, a mi juicio, la idea genial creadora que pone las cosas en manos de dos conceptos importantes, el del azar y el del esfuerzo humano.

Esto nos genera, una angustia. ¿Tendré tiempo? ¿Qué tengo que hacer hoy? ¿He puesto los esfuerzos necesarios para realizarlos y que no queden absurdamente inconclusos por mi culpa? ¿Privaré a alguien por no entender la importancia y la trascendencia de la indeterminación del plazo y de que éste esté supeditado, al azar?

Es posible que nos queden muchos millones de años, como también lo es que sólo sean pocos lustros o quizás un minuto. Ese es el problema, eso es lo que origina la necesidad de la acción, la necesidad trabajar. Esa debiera ser nuestra angustia esencial. ¿Tendremos tiempo?

Pero lo importante no es saber si el tiempo será amplio o no. Lo único importante es saber que NO ES ETERNO, que habrá de acabar y por eso tenemos que empezar.

LA ESPERANZA.-

La esperanza es la confianza o la expectativa que se tiene para obtener o lograr algo en el futuro. Sean unos pocos años de vida personal o muchísimos siglos de existencia de los hombres sobre la tierra, es difícil encontrar alguien que, en su sano juicio, no tenga una esperanza. La vida exenta de esperanza sería absurda. El problema radica en la forma en que cada cual espera lo deseado o la forma en que esperas o supones que las angustias se resuelven. Una verdadera esperanza debe tener base y sustento real, de lo contrario la esperanza será una simple ilusión.

Erich Fromm[2] dice:

“La esperanza es un elemento decisivo para cualquier intento de efectuar cambios sociales que lleven a una vivacidad consciente y razón mayores. Pero a menudo se le mal interpreta y se confunde la naturaleza de la esperanza con actitudes que no tienen nada que hacer con ella. ¿Qué significa esperar?

¿Significa acaso, como muchos piensan, tener anhelos y deseos?

¿Se tiene esperanza cuando el objeto de ésta no es una cosa sino una vida más plena, un estado de mayor vivacidad, una liberación del hastío, o cuando se persigue, para usar un término teológico, la salvación o, empleando uno político, la revolución? A esta clase de expectación, en verdad, podría llamársele esperanza; pero no debe hacerse así si posee la cualidad de la pasividad y de la espera, a menos que se quiera hacer de la esperanza, en efecto, una envoltura para la resignación, o una mera ideología”

Mal podremos hablar de esperanza en la humanidad o en el futuro de nuestra descendencia si no establecemos claramente el papel que nos toca jugar.

Desde el momento en que nos enfrentamos a algo que no conocemos se suscita en nosotros una pregunta: ¿De qué se trata? ¿Cómo será? El presente y el pasado son realidades que podemos analizar bien o mal. Ya fue o va siendo. Pero, ¿el futuro?

Los hombres solemos tener muchas y diversas aspiraciones; a los bienes de la tierra, al confort, la salud, la felicidad y en general a la satisfacción de anhelos tales como el éxito en el trabajo, en el deporte, la felicidad de los hijos, etc. Es común encontrar que tales aspiraciones se convierten en esperanzas que la gente afronta de distintas maneras. “Señor que mi hijo no muera”, reza con fervor el padre al presentarse una enfermedad que le agobia. “Aplaca señor tu ira” oran otros cuando algo asedia.  Un joven estudiante suele asistir a ritos religiosos en los días anteriores a sus exámenes a fin de lograr su aprobación. Los futbolistas hacen la señal de la cruz al entrar a la cancha, poniendo su triunfo en manos de Dios o al menos un simulacro de eso. Muchos pueblos comprometen a sus dioses mediante ritos de toda índole para el logro de sus cosechas, sus triunfos en las batallas, y en general su futuro.

Otros consultan a fuerzas extrañas por su futuro personal. Adivinos, brujos, videntes, astrólogos, oráculos etc. son medios al servicio de la consulta por el futuro y por la esperanza de mucha gente.

La esperanza es consustancial al hombre. Sean cuales fueren las bases para ella, la esperanza es necesaria. Queremos tener una esperanza a cualquier precio, con o sin razón. La vida sin una expectativa, sin una meta, sin un fin que nos trascienda, en fin, sin una esperanza, no tendría sentido.

¿Es válida cualquier forma de esperanza? Si como hemos dicho la vida sin esperanza no tiene sentido y tener un sentido de la vida es esencial para nuestra realización, no queda menos que pensar que a falta de una esperanza válida o una expectativa de la vida real y consistente es preferible apoyarse en la que este a nuestro alcance.

No obstante limitarnos a una fe ciega que acarrea esperanzas de poca validez, es lamentablemente eso, limitarse. La fe que mueve montañas o la esperanza por la cual somos capaces de morir son aquellas que tienen un sustento real y sólido. Lamentablemente es frecuente reemplazar una verdadera esperanza por simples y banales ilusiones.

Fromm dice:

“La esperanza y la fe, siendo cualidades esenciales de la vida, se dirigen por su misma naturaleza a trascender el statu quo individual y social. Una de las características de la vida es que se halla en constante cambio y que en ningún momento permanece igual. La vida que se estanca tiende a desaparecer. Y si el estancamiento es completo, se produce la muerte. De aquí se sigue que la vida con su propiedad de cambio y movimiento tiende a romper y a superar el statu quo. Crecemos más fuertes o más débiles, más sabios o más tontos, más valerosos o más cobardes. Cada segundo es un momento de decisión para lo mejor o para lo peor. Alimentamos nuestra pereza, nuestra avaricia o nuestro odio, o bien los dejamos morir. Cuanto más los cultivamos tanto más fuertes crecen; y en la medida en que los descuidamos, se vuelven tanto más débiles.

Lo que vale para el individuo vale para la sociedad. Esta jamás es estática: si no crece, decae, si no trasciende el statu quo hacia lo mejor, se desvía hacia lo peor.”

Cuando la esperanza no se apoya en posibilidades reales y concretas o no se establece con claridad el papel que los humanos jugamos en ella, se llega a un conocido,  frecuente y terrible fenómeno: La pérdida de la esperanza, o la casi pérdida de la esperanza que es casi lo mismo que nada. Todos tenemos esperanza en forma espontánea, pero esta es, como ya hemos dicho, sólo una esperanza natural. La verdadera esperanza, aquella que perdura, aquella  que motiva nuestras acciones y nos da la fortaleza para lograr sus fines debe tener convicciones que la sustenten, de no ser así, bastarán las primeras vicisitudes para que nuestra esperanza se desplome cual castillo de naipes.

El hombre de hoy, al pensar en la esperanza, suele hacerlo en términos de su felicidad. El objetivo de la esperanza es su felicidad personal, lo que suele reducirse a contar con una familia, medios de vida suficientes, trabajo estable, salud y una cierta visión de lo que suele llamarse el más allá, dado el generalizado temor a la muerte.

No hay duda que en todas las épocas de la historia ha habido hombres felices y hombres desdichados. Pero lo importante, como dice Saint Exupery[3] no es que un hombre sea feliz o no, sino, qué hombre será feliz. En otras palabras lo que importa es la calidad de hombre que buscamos.



BUSCANDO LO DESCONOCIDO.-

¿CÓMO Y PORQUE OCURREN LAS COSAS?

Una de las preguntas más comunes de la gente suele ser esta: ¿Por qué ocurren las cosas? ¿Por qué murió mi hijo? ¿Por qué tengo este cáncer maldito que me quitará la vida? Y muchas más similares.

La respuesta a esta duda de parte de quienes tienen una arraigada fe religiosa suele ser: Por Designios de Dios o porque Dios así lo ha querido. Estos suelen apoyar su creencia en aquella frase de la Biblia que dice: Ninguna hoja cae de un árbol sin mediar la voluntad divina. Otras veces y según el tipo de circunstancias que se analizan, se atribuyen las cosas a la suerte, buena o mala. Menos son aquellos que hacen responsables de las cosas a los hombres, salvo para hechos aislados muy concretos y generalmente de resultados negativos.

Pero a pesar de todo, lo que resulta sumamente generalizado es que la mayoría de la gente tiene sobre esto una gran duda por lo cual adoptan la actitud de soslayar la pregunta hasta que al menos algo les ocurra que les renueve a la inquietud.

Desde siempre el hombre ha atribuido los hechos a alguien concreto que tomaba para ellos la forma de dios, al que se podía apelar en caso necesario.

En el proceso de la evolución del hombre se ha pasado por una sucesión de respuestas a estas preguntas las que iniciaron respuestas míticas en tanto no se tenía acceso al por qué de muchas cosas. El estampido de un trueno en medio de una tormenta se atribuía sin duda entre los hombres primitivos a voces celestiales, dioses molestos etc. Cada ocurrencia sin respuesta era sin duda origen de un mito. No es del caso entrar en detalles, muchos deben ser los ejemplos.

El proceso de evolución de los conocimientos genera un proceso de desmitificación, en la medida que el progreso da respuestas concretas a las causas de los  hechos que se habían mitificado.

Así, hoy nos encontramos sólo en una etapa de ese progreso y de esa desmitificación. ¿Qué respuestas nos traerá el futuro respectos de los mitos que aún prevalecen?

Es claro que la evolución es un proceso que subsiste en la era que nos ha tocado vivir y que  por ello muchos mitos desaparecen mientras otros quizás nacen.

Todo hecho es generado por una causa cognoscible. Que la conozcamos o no es solo cuestión del tiempo que vivimos, es decir hoy tenemos mitos que mañana habremos de resolver y desmitificar.

Dejando de lado los mitos que prevalecen hoy en día, hurguemos en este mundo de lo desconocido, para preguntarnos por el como y porque ocurren las cosas, no para contar con respuestas a cosas concretas sino para indagar si algunas de estas causas pueden ser susceptibles de nuestra responsabilidad.


En este marco de ideas debemos distinguir dos tipos de fenómenos:

Los hechos causados EXCLUSIVAMENTE por la NATURALEZA.

Los hechos propios de la VOLUNTAD DEL HOMBRE.

Los primeros actúan independientemente, es decir actúan al margen de la existencia del hombre siguiendo las leyes de la naturaleza. Son en general causas inexorables.

En cambio los originadas por el hombre actúan siempre mezclados con la naturaleza y con las voluntades de otros hombres. Por tal razón no son inexorables y son mucho más difíciles de analizar.

FENÓMENOS GENERADOS POR LA NATURALEZA SIN LA INTERVENCION DE LA VOLUNTAD DEL HOMBRE.

La naturaleza, a la que podemos definir como todo aquello que rodea al hombre, tiene sus reglas y normas de funcionamiento que podemos conocer y manejar en la medida del desarrollo de la ciencia y los conocimientos. A estas formas de funcionar es lo que  llamamos la naturaleza de las cosas. Es fundamental para la vida del hombre y su futuro el conocimiento de la naturaleza de las cosas. No conocerla es caminar a ciegas. Analicemos dos formas de fenómenos, los variables y los invariables:

Fenómenos VARIABLES de la naturaleza:

El comportamiento de la naturaleza o la naturaleza de las cosas, responde a secuencias que se repiten en forma constante en sus características generales y al azar en sus detalles.

Una mirada al comportamiento global de cualquier secuencia nos permite notar que responden a un orden. Cuando un árbol crece sus ramas desarrollan siempre con un cierto patrón típico para cada especie. Los pinos no son todos idénticos, pero son identificables como pinos, sus formas responden a un cierto patrón que se repite dentro de un cierto orden, es el orden de los pinos, pero sus detalles son aleatorios y al azar. Dos pinos no son idénticos, pero  podemos identificarlos como pinos indubitablemente.

Respecto de su hábitat, los pinos crecen en determinados lugares, dentro de cierto marco, pero siempre son lugares identificables dentro de las características propias de los pinos. Si un pino crece inclinado y con sus ramas con cierto desorden se debe a los efectos de otros fenómenos de la naturaleza como por ejemplo el viento. Pero todas sus hojas serán sensiblemente iguales o al menos identificables como propias de los pinos. Es decir el fenómeno es aleatorio en su detalle pero invariable en sus formas generales, permitiendo así que tenga una identidad.

Todos los hombres tenemos dos pies, dos orejas, una nariz, dos ojos etc. incluso de formas muy similares. Sin embargo no hay dos hombres iguales, en los detalles somos siempre diferentes, aleatorios, al azar, pero el conjunto hombre es identificable, es decir reúne siempre las mismas características.

Las olas del mar responden todas a un mismo patrón, no obstante no habrá dos idénticas. Cada ola tiene una forma aleatoria como respuesta a las fuerzas del viento pero todas tienen un patrón repetitivo que nos permite identificarlas como olas. Esa es la naturaleza de las olas. Al conocer la naturaleza de las olas podemos desarrollar un conocimiento sistemático sobre ellas que nos permitirá adecuar nuestra vida a su naturaleza. Esa es la ciencia.

El viento en la ciudad de Lima es suave, entre 5 y 10 Km/h. y de sur a norte. Esto es lo invariable. Lo variable y aleatorio es que no todos los días hay viento y que unos días sopla a 5 y otros a 6, 7, 8, 9 ó 10 Km/h.

En Lima llueve 23 mm al año entre mayo y septiembre. Esta es la regla. Lo aleatorio es que lloverá unos días más que otros y los días que lloverá serán cualesquiera dentro del periodo acostumbrado. En Iquitos, llueve 2788 mm al año durante todo el año, esa es la regla, lo aleatorio es, igual que  en cualquier parte, no sabemos qué días lloverá. Del mismo modo podríamos enumerar todos los fenómenos de la naturaleza. Podemos comprobar que sus características responden a una misma regla.

La secuencia repetida de un determinado fenómeno de la naturaleza es aleatoria, al azar, y no sigue un orden específico pero da como resultado un hecho identificable y reconocible.

Encuentro del caso referirme aquí, brevemente, a la identidad.  Toda, cosa, fenómeno o persona tienen identidad, si reúne una serie de condiciones que les son comunes y que en consecuencia permite identificarlo de alguna manera concreta y no confundible con otra cosa o fenómeno.

Las cosas, fenómenos o personas que tienen la misma identidad no significan que sean idénticos. Idéntico significa igual, e identidad significa que es identificable. Dos personas son identificables como  hombres sin embargo no son iguales. Sólo se parecen hasta el límite de identificarlos como de la misma especie. Esto se relaciona con las características de un fenómeno repetitivo, en el que cada caso es diferente al siguiente pero el conjunto es identificable.

Una hoja de un árbol de pino no es idéntica a otra del mismo árbol, sólo tiene las mismas características y por eso se hace identificable como hojas de pino y no como hojas de manzano.

Fenómenos INVARIABLES de la naturaleza.

La naturaleza muestra también comportamientos fijos. Si soltamos una piedra desde cierta altura, ésta caerá al suelo atraída por una fuerza llamada gravedad. Esto sucederá de similar manera en cualquier parte del universo. La tierra gira alrededor del sol cada 365 días, siguiendo una trayectoria elíptica de características conocidas con algunas muy leves variaciones también perfectamente conocidas. Igual hacen otros 8 planetas en órbitas igualmente elípticas. Así también lo hace la luna alrededor de la tierra cada 29 días. Estos fenómenos son INVARIABLES por lo que resultan perfectamente predecibles. Hoy se sabe en que fecha y hora habrá un eclipse de luna en los próximos 50 años.

Dos cuerpos lanzados uno contra el otro en la misma trayectoria chocarán, mientras no haya una fuerza que los detenga a ambos. Un cuerpo sometido a un aumento de temperatura aumentará su volumen en medidas perfectamente predecibles.

Los comportamientos INVARIABLES de la naturaleza responden en la misma forma, siempre y cuando se encuentren en el mismo medio donde se estableció su comportamiento. Es decir, en las mismas condiciones.  Por ejemplo la caída de un cuerpo en la tierra desde un poco menos de 10 mts de altura demora 1 segundo, el mismo fenómeno en la luna demora algo así como 3 segundos. Hay un cambio pero es debido a que el fenómeno se ubica en otro medio. Lo importante es que en la luna el fenómeno es también predecible e invariable, del mismo modo que puede serlo en cualquier otro planeta.

EL  AZAR.-

Hemos visto que en los fenómenos VARIABLES de la naturaleza, dentro del comportamiento ordenado de la naturaleza de las cosas hay un comportamiento al azar. ¿Qué es el azar? ¿Cómo funciona?

El azar es la forma como se comportan cierto tipo de fenómenos propios de la naturaleza o de un conjunto de ellos, en los que las causas del resultado del fenómeno son aleatorias, es decir no responden a voluntad ni orden alguno.

Si en una caja ponemos una gran cantidad de números, cada uno ellos coincidente con los números en poder de los jugadores y una persona, exenta de intención alguna, introduce una mano sin mirar y saca un número, el número obtenido lo ha sido al azar. Obsérvese que se ha cumplido los conceptos de la definición anterior.

La suerte es la coincidencia entre un deseo de la voluntad humana con uno de los muchos resultados de un fenómeno cualquiera. Una persona tiene suerte cuando al comprar una lotería su número coincide con el resultado del sorteo. La suerte es entonces una coincidencia entre dos fenómenos aleatorios, la compra de un número y el resultado del sorteo.

Todos tenemos la esperanza de sacarnos la lotería en el momento de comprar el boleto correspondiente. Si la lotería emite por ejemplo 1´000,000 de números, la posibilidad de sacarnos el premio será una en un millón. Todos confiamos que salga nuestro número, sin embargo sólo uno será el beneficiado. Quien compra un boleto de la lotería no puede hacer nada para modificar el resultado que es regido por las reglas del azar, salvo que este dispuesto a hacer trampa, lo que escapa a las reglas del juego.

A pesar de esto muchos oran, ponen velas a los santos, ofrecen sacrificios y mil formas de “buscar la fortuna”.

La suerte no es atribuible a otra causa que no sea la casual coincidencia de dos fenómenos. La posesión de un número y el resultado al azar del sorteo. No obstante, es frecuente enterarnos que quien se sacó la lotería suele contar “a posteriori”, todo lo que hizo para “llamar” a la suerte. Estos comentarios suelen ser publicitados y al final son los únicos que se recuerdan. Nadie se acuerda de los “otros”, los que también “buscaron” la suerte y no la obtuvieron. Estas “historias” suelen ser asumidas como verdades, originándose un culto a la suerte. La lotería se la puede sacar el que rezó mucho o el que no rezó nada, el ateo o el creyente, el supersticioso o el que simplemente se metió el boleto al bolsillo y se olvidó de él hasta el día que lo cotejó. Tales fuerzas no intervienen. El jugador podrá en ciertos casos escoger su número, pero lo que no puede escoger ni conocer es el resultado del sorteo y la consecuente coincidencia.

Veamos otros fenómenos regidos por el azar.

¿Qué ocurre si lanzo dos dados un número muy grande de veces? Con dos dados hay 36 combinaciones de resultados de conformidad con la tabla siguiente:



TIRADA
Modo de obtener el resultado
VECES
2
1+1





1
3
1+2
2+1




2
4
1+3
2+2
3+1



3
5
1+4
2+3
3+2
4+1


4
6
1+5
2+4
3+3
4+2
5+1

5
7
1+6
2+5
3+4
4+3
5+2
6+1
6
8
2+6
3+5
4+4
5+3
6+2

5
9
3+6
4+5
5+4
6+3


4
10
4+6
5+5
6+4



3
11
5+6
6+5




2
12
6+6





1

TOTALES
36


TABLA A

El número de veces que puede salir cada número dividido entre la totalidad de combinaciones (36), constituye la probabilidad de que tal número salga al tirar los dados en una oportunidad, tal como aparece en la última columna.

Si lanzamos los dados unas cuantas veces, puede salir cualquiera de los números en orden indistinto y nunca sabremos que número será el siguiente en salir. Es lo que llamamos azar, un número después otro etc. El resultado del lanzamiento de los dados es totalmente aleatorio e imprevisible y no está sujeto a regla alguna. Si anotamos los números que van saliendo en una secuencia de tiros, veremos que no siguen regla ni orden alguno.

Si lanzamos los dados un gran número de veces, digamos 3,000, (número al que llamaremos N), resultará indefectiblemente que el número 7 saldrá N/6 veces. Si N no es un número suficientemente grande el resultado será sólo aproximado, pero si N es lo suficientemente grande o cada vez lo hacemos más grande, el resultado será cada vez más exactamente N/6. Digamos que si lanzamos los dados 12,000 veces, el número 7 debe salir 2,000 veces. Quizás salga 1,999 veces y el número 11 que debería salir 666.66 veces saldría quizás 667, pero cuanto más veces lancemos los dados, es decir, cuando N sea mayor el resultado será más exacto aún.

Notemos que en éste caso el azar consiste en que para cada tiro puede salir cualquier número, pero que si lanzamos los dados muchas veces y contamos cuántas veces salio cada número el resultado ya no es azar, es certeza. Es certeza absoluta, se puede comprobar cuantas veces queramos. Pero el asunto del azar es que cuando alguien lanza los dados en un casino, no le interesa cuantas veces sale el 7 ya sabemos que serán N/6, sino cuándo sale, en qué momento. El apostador, juega o apuesta a que el número de su interés salga en la oportunidad que él tire y no en otro momento. Esa es la apuesta y allí es donde tendrá o no suerte si es que coincide el azar con su interés.

Pero el azar, no tiene intencionalidad los números en una secuencia de lanzamientos son, como ya hemos dicho, cualesquiera sin orden ni estructura alguna.  Es lo que suele llamarse una secuencia caótica. Caótico aquí quiere decir “desordenado” o mejor sin orden específico alguno. La secuencia de los números que salen al tirar los dos dados es “cualquiera” es decir: al azar. Expliquemos esto algo más:

Si hoy 31 de Agosto lanzo los dados 10000 veces y anotamos cada número. Podemos notar que no tiene orden ni orientación alguna, es desordenada. No sólo es desordenada, es cualquiera, es caótica. Los números pueden  salir repetidos, desordenados, ordenados, no hay regla ni norma alguna, es una secuencia al azar. Pero al final de los 10,000 lanzamientos la cantidad de veces que saldrán los distintos números serán según la tabla A de la página 33, que ya hemos visto. Es decir, dentro del desorden hay un orden. La secuencia es desordenada pero sin embargo se cumplirá inexorablemente los resultados

Si  otro día cualquiera, vuelvo a tirar los dos dados 10,000 veces, (anotando siempre los números), la nueva secuencia de lanzamientos no coincidirá con la primera, será también “desordenada” respecto de sí misma y respecto de la anterior como se puede notar analizando y comparando ambas secuencias. Sin embargo en ambos casos el número de veces que sale 7 u 8 o 3 será el mismo, es decir, según el cuadro de la tabla A y en ambos casos cuantas más veces se lancen los dados más exacto será el resultado.

Si repitiéramos muchas veces estas tiradas podemos ser certeros al decir que nunca se repetirá una serie. Siempre serán diferentes, serán lo que llamamos aleatorias, al azar. Es decir tan al azar son los números dentro de una serie como al azar es una serie respecto de otra.

El cliente en un casino apuesta a sacar un determinado número de la secuencia en un momento específico. Es decir, como ya hemos dicho, buscando la suerte, es decir, la coincidencia entre el número obtenido al azar y la apuesta del jugador. Los casinos en cambio, observan jugar a miles de clientes sin intervenir para nada. El Casino gana repartiendo entre los jugadores que ganan una cantidad menor que la cantidad que apuestan todos los jugadores. El casino no apuesta, solo recibe apuestas y reparte una parte y se queda con otra con la que cubre sus gastos y entrega utilidades a los socios.

Las reglas de las probabilidades se cumplen siempre que el fenómeno se repita un número suficiente de veces. Si sólo lanzamos los dados 10 veces, el número 7 puede salir 2, 3, 4 veces o ninguna. 10 no es un número suficiente de repeticiones como para que se cumplan las reglas de las probabilidades.

Un Cliente del casino puede ganar una gran suma en una noche si la suerte lo acompaña, pero el casino hace utilidades ganando a todos aquellos que pierden pequeñas sumas. Lo que un casino necesita para tener éxito, son clientes apostadores en cantidad suficiente para que las probabilidades se cumplan con precisión.

Veamos otro caso:

Tomemos una hoja de papel y tracemos líneas paralelas a distancias iguales, digamos 2 cm y luego tomamos una palito de fósforo y lo cortamos a 2 cm. Soltamos el palito sobre la hoja desde una cierta altura (la suficiente para dejar que el azar sea el que determine donde cae el palito y no otros factores)  y apuntamos las veces que el palito cae cortando una línea y las  veces que cae sin cortar línea alguna, tendremos que:

EL DOBLE DE VECES QUE SE LANZÓ EL PALITO DIVIDO ENTRE EL NÚMERO DE VECES QUE CAYÓ CORTANDO UNA LÍNEA,

da como resultado el que aparece en el cuadro siguiente, según la cantidad de veces que se tira:

Número N de LANZAMIENTOS
Resultado de  2xN/SI
108
3.08
500
3.139
1500
3.1416
3406
3.14159  29
10000
3.14159  26536

Obsérvese que conforme el número de lanzamientos es mayor, el resultado se acerca más exactamente al número PI.[4] En este ejemplo, como en el anterior, el resultado con una gran cantidad de lanzamientos ya no es azar, es certeza.  El azar establece para un lanzamiento específico y en un momento concreto si el palito cortará o no una línea, pero el resultado final de una gran cantidad de lanzamientos será el indicado. El palito puede caer muchas veces seguidas cortando una línea y en otro momento puede caer en contrario, sin tocarlas, pero al término de un número grande de veces el resultado será cada vez mas exactamente el número PI. (Mathematic and Imagination, Kasner and Newman, Pág. 246/247). Si repito la prueba mañana, la secuencia de veces que cayó cortando una línea será diferente a la anterior pero el cuadro resultante será también cada vez más cercano a PI conforme el número de lanzamientos sea mayor[5].

Nuevamente se produce el fenómeno ya observado. El palito cae cortando o sin cortar las líneas, al azar, no hay orden ni regla alguna, pero en una secuencia de gran cantidad de lanzamientos el resultado será cada vez más exacto, según el número de lanzamientos sea mayor.

Ahora regresemos a los dos tipos de fenómenos VARIABLES e INVARIABLES propios de la NATURALEZA, a fin de tratar de encontrar una forma de definirlos:

Regla I.- Los fenómenos  VARIABLES DE LA NATURALEZA donde no interviene la voluntad del hombre se producen al azar y dentro del desorden de la indeterminación de cada caso, hay un orden propio de la misma naturaleza de las cosas cuando el fenómeno se repite.

Regla II.- Los fenómenos  INVARIABLES DE LA NATURALEZA donde no interviene la voluntad del hombre se producen de modo fijo y predecible, siempre que se produzcan en el mismo medio, siguiendo las reglas de la naturaleza de tales fenómenos.

Alguien me comentaba: Entonces, ¿Qué es el desorden?  Mi respuesta es: Desorden es todo lo que contraviene las reglas de la naturaleza de las cosas. Pero si cierto aparente desorden, es parte de la naturaleza de las cosas, no es desorden.

Otro amigo me preguntaba: ¿No contradicen estas ideas a la actual teoría del caos? A mi juicio todo lo contrario, la refuerzan por no decir, la confirman. La teoría del caos es la observación en la naturaleza de un aparente desorden o caos, que es precisamente el desorden propio del azar que se da siempre en caso de una secuencia de repeticiones.  Pero en el análisis de las secuencias repetidas encontraremos que tal desorden no es más que la presencia al azar de cada uno de los casos de que se compone el caos que termina en el orden propio de la naturaleza de cada fenómeno. En otras palabras el caos es para nosotros los hombres, pero para la naturaleza no lo es. El orden final tampoco contradice la teoría del caos pues esa teoría hace notar como al final de ese aparente caos hay un orden, que es el mismo al que nosotros nos referimos.


FENÓMENOS GENERADOS POR LA VOLUNTAD DEL HOMBRE.-

La característica de los fenómenos generados por la voluntad del hombre es mucho más compleja. El hombre cuenta con una capacidad de autodeterminación: su voluntad y su libertad. No todos los hombres tienen la misma capacidad de voluntad y libertad, es decir, cada persona cuenta con un nivel diferente de autodeterminación por efecto de muchas y variadas razones de todo orden, pero principalmente, por lo que en lenguaje simple llamamos su personalidad.

Una persona puede decidir en forma INMEDIATA, caminar de un sitio a otro,  o mover su brazo hasta ponerlo en determinada posición, es decir su capacidad para decidir y llevar a cabo acciones que no involucran ni a terceros ni al medio ambiente y que se ejecutan inmediatamente es prácticamente absoluta salvo cosas muy puntuales y poco probables como una cierta anomalía o enfermedad que se lo impida. En cambio su capacidad para decidir los mismos actos en forma MEDIATA, es decir mediando un tiempo entre las decisiones y las acciones son susceptibles de verse impedidas por causas externas, es decir el medio ambiente o una circunstancia externa puede afectarla.  La misma acción voluntaria de levantar el brazo podría verse impedida por cualquier causa que ocurra en el lapso entre la decisión y la acción. Puedo decidir tomar mañana un avión pero si por mal tiempo el avión no sale no lo podré hacer. Podré tomar la decisión de estudiar toda la noche pero si alguien me roba mi libro no lo podré hacer. Es decir los actos MEDIATOS son susceptibles de verse afectados favorable o desfavorablemente, por causas externas. Con mayor razón los actos que la voluntad decide en plazos remotos serán mucho más afectables por las circunstancias externas y en tanto más remotos mas susceptibles serán de ser afectados. Ciertamente cuanto más largo es el lapso entre la decisión y la acción mas cosas podrían ocurrir, afectando la decisión tomada.

Esto no significa que la voluntad del hombre sufra una mengua por las circunstancias en la medida que menos inmediatas sean las acciones deseadas y los fines perseguidos. El actuante es en este caso un ser vivo, pensante, razonante y en la medida que en el proceso de llevar a cabo una acción dirigida a un fin predeterminado una circunstancia se lo impida o la afecte, su capacidad de razonamiento y su misma voluntad, si es suficientemente fuerte, pueden hacer los ajustes necesarios para el logro del fin. Será entonces lo que podríamos llamar una pugna entre mi voluntad con la colaboración de mi capacidad de razonamiento y análisis, que lucha con las circunstancias que pudieren ser adversas.

Las circunstancias capaces de afectar una de mis  acciones, pueden ser originadas por la naturaleza o por la presencia de otras voluntades que en uso de sus propias libertades se cruzan con la mía. Las circunstancias propias de la naturaleza son en la mayoría de los casos, predecibles o pronosticables, pero las circunstancias generadas por terceros son  en general impredecibles. Así por ejemplo, si decido viajar en avión mañana, puede ocurrir una tormenta que cancele el vuelo, esto con la ciencia de hoy es hasta cierto punto predecible, pero si alguien me roba mi maleta, lo que es imprevisible quizás no lo podré hacer.

Debemos añadir, a fin de matizar lo dicho, que la persona actuante puede alejarse o acercarse al medio ambiente o situación donde las circunstancias son propicias, liberándose así en ciertas ocasiones del peligro de quedar a merced de ellas. Por ejemplo si decido leer mi libro durante el viaje, habré de tener cuidado de que tengo el libro. Es decir puedo hacer algo que me asegure el cumplimiento de mi voluntad, pero si en cambio me despreocupo y uno de mis hijos coge el  libro y se lo lleva, estaré impedido de leer por una causa propia de terceros, pero que habría podido evitar.

Un tercer tipo de circunstancias pueden ser de tipo psicológico, es decir aquellas perturbaciones o experiencias de la mente humana que impiden a una persona actuar de acuerdo con su voluntad. Este tipo de circunstancias son mucho más complejas y suelen ser muy difíciles de evadir. No obstante casi no hay ser humano que no tenga o sufra presiones psicológicas más o menos frecuentes.

Las acciones más remotas y de elaboración más compleja pasan por varios tamices frente a las circunstancias adversas a un fin, tales como: La capacidad de voluntad de la persona, su capacidad de análisis de las causas perturbadoras, los conocimientos para establecer los ajustes a su acción, sus motivaciones  etc.  No cabe duda que son fenómenos sumamente complejos.

Podemos observar también que la capacidad de voluntad en una misma persona es variable por efecto de lo que llamamos las MOTIVACIONES. Las motivaciones son aquellas fuerzas generalmente interiores que inducen a una persona a aplicar su voluntad en un sentido u otro, y suelen estár regidas por los ideales e intereses[6]. Resulta así un juego de doble entrada. Para lograr algo necesito de la voluntad, pero no tendré voluntad suficiente o ésta será mermada si no hay algo que buscar, si no hay un ideal o un interés y por cierto una esperanza que lo haga posible.

El término “ideales” debe entenderse aquí como los campos en los que cada quién pone su mirada, su objetivo: Puede haber ideales alturados e ideales mezquinos, pueden ser valores pero también pueden no serlos necesariamente.

Recapitulemos: Los fenómenos generados por la voluntad del hombre se producen según la siguiente regla:

Los inmediatos son, salvo excepciones, según la voluntad del actuante en la medida de su propia capacidad y su libertad.

Los mediatos se producen siempre afectados por las circunstancias, sean éstas de la naturaleza, incluida la propia salud del individuo, o por fenómenos generados por terceros. El éxito o el logro de una acción deseada queda a merced de los giros que da el hombre a su propia voluntad, y de las cualidades o potenciales como la perseverancia, la paciencia, etc.

FENÓMENOS GENERADOS POR LA VOLUNTAD DEL HOMBRE EN FORMA REPETITIVA.-

Cualquier actividad humana de carácter repetitivo relacionada a una determinada habilidad en su ejecución, permite hacer notar  lo siguiente: Por ejemplo el mejor tirador de pistola desde 50 m. es el que en una tanda de disparos su promedio es el mejor y los errados son menos que  los de otros. Un tirador cualquiera tendrá una secuencia en la que tendrá aciertos y desaciertos. Todo tirador hace disparos malos y comete errores, sólo que sus errores ocurren menos veces y en menor cuantía. ¿Por qué? Porque tiene las cualidades para hacerlo, entrena, practica, usa buenas armas, tiene buena vista. El resultado de un disparo es al azar pero en una secuencia de ellos el resultado es que el mejor tirador obtiene mejores resultados. Un pésimo tirador puede dar en el blanco en el primer disparo, pero en su secuencia de ellos tendrá resultado peores que otros. No es cuestión de azar o suerte, es cuestión de que las reglas de las probabilidades también le son afines. Un tiro aislado acertará el blanco o no por azar pero la secuencia completa no lo es. Lo mismo que con los dados o el palito y el número PI.

Por esta razón un evento deportivo o la comparación de la destreza entre dos o más personas, o el análisis de cualquier forma de comportamiento humano, no se pueden sustentar en una prueba aislada. Si alguien organizara un evento deportivo sobre la base de un sólo tiro estaría cometiendo un grave error de criterio, de lógica y sobre todo de justicia. Lo mismo sería si alguien estableciera la competencia o habilidad de un cirujano por un hecho aislado o la habilidad de un abogado para ver casos de desahucio  si él sólo se ocupa de casos penales.

El ejercicio profesional constituye una habilidad para la que el individuo se prepara y ejecuta precisamente para no fallar, es decir la mayoría de los resultados deben ser acertados y sólo unos pocos casos debe ser fallidos si pensamos en un profesional bien preparado. Se trata de la aplicación de una ciencia pensada y elaborada para no fallar a la que se inserta en cierto grado la destreza del profesional. Es decir se evaden al máximo posible las contingencias del azar y las circunstancias adversas a través de la ciencia, en cambio en el deporte se trata de establecer la destreza pura, dejando al azar y a las circunstancias actuar como les corresponde, es decir según la naturaleza de las cosas.

Muchos deportistas después de su derrota suelen comentar: La cancha estaba mojada, el árbitro me perjudicó, tuve mala suerte, etc. etc. Hay quienes dicen: “yo nunca tengo suerte”, y otros comentan: “ganaste porque tuviste suerte”. No hay tal cosa, sólo hay circunstancias que resuelven las ocurrencias en cada caso. El azar no tiene intencionalidad alguna y menos a favor o en contra de una determinada persona. Apelar a la suerte o responsabilizarla de un resultado favorable o adverso, es desconocer la naturaleza de las cosas. Esa actitud satisface su ego, pero nunca lo hará un campeón.

Siempre recuerdo el comentario de un gran deportista llamado Roberto de Viscenzo quien, cuando alguien hizo alusión a su buena suerte, contestó: “Si, me he dado cuenta que cuanto más entreno más suerte tengo”.

Dejemos los deportes y las competencias para conocer sobre el azar en secuencias de la vida común.

Si observamos la circulación diaria de automóviles en la ruta Lima – Arequipa, veremos que, con cierta frecuencia, ocurren accidentes. Ciertos días hay 1, otros 3 otros ningún accidente. Es decir la secuencia de los días que hay accidentes es aleatoria y desordenada, no obedece a ninguna regla perceptible. Sin embargo al cabo de un año habrá ocurrido X accidentes y si no hay modificaciones de la ruta u otros parámetros del fenómeno, cada año habrá, dentro de cierto rango, el mismo número de accidentes. Al cabo de un periodo adecuado podemos saber con certeza que en esta ruta se producen X accidentes al año. Si anotamos los días que ocurren los accidentes veremos que la serie es desordenada, es decir los accidentes ocurrirán ciertos días al azar y no podremos establecer qué automóvil tendrá el accidente, será entonces una serie desordenada.

Hay que decir, a fin de ser claros, que en los fenómenos que estamos analizando hay muchos factores en juego que de hecho hacen variar las estadísticas. El dato estadístico incluye todos los factores en juego. Cuando se dice que se producen 1000 accidentes al año, se está considerando todos los distintos tipos y formas de accidentes, es decir se incluyen las imprudencias, los delitos, las faltas de pericia etc. Por esa razón el dato no es matemático, es sólo la medición de hechos ocurridos que permiten conocer el probable comportamiento del futuro. En cambio en el caso de los dados el número de veces que sale un 7 es un dato matemático, como también lo es que en el caso del palito que el resultado sea PI. No obstante en todos los casos, sean los dados, el palito o los accidentes la serie de los lanzamientos de los dados, el palito o los accidentes será desordenada, pero el comportamiento general de cada caso es ordenado y acorde con la naturaleza de cada caso. Es decir, se repite la regla del azar.

Es importante tener claro el tipo de dato con que contamos. Lo que manejamos son probabilidades, no son ni certezas ni obscuridades absolutas. La probabilidad de ocurrencia de un fenómeno no exime de posibilidades a nadie. Las probabilidades se traducen en certezas sólo en los casos de fenómenos repetidos un número de veces ad hoc.

Introduzcamos un factor adicional. La voluntad del hombre. Si yo decido viajar de Lima a Arequipa pero voy muy despacio, sin sobrepasar de 80 Km/h, si antes de salir reviso mi carro, si no viajo de noche, ni manejo mas de 4 horas seguidas sin descansar, entonces, mi esperanza de llegar sano y con vida será mucho mayor, es decir yo sería uno de aquellos que podría no tener el accidente. Pero si en contrario, decido viajar de noche, no reviso los frenos de mi carro que ya esta viejo y voy solo, no paro a descansar y manejo a toda velocidad, las probabilidades de un accidente aumentan considerablemente y yo podría ser, con más probabilidad, uno de los accidentados.

Lo dicho nos permitiría extraer la siguiente conclusión.

La ocurrencia o característica de cierto tipo de hechos puede ser modificada en función de nuestra conducta individual o colectiva.

Nótese que sólo digo modificar. Es decir, si pongo las condiciones necesarias no podré asegurar que mi viaje no tendrá accidentes, pero si puedo asegurar que si todos los viajeros hacen lo mismo el número de accidentes al final del año será menor. Es decir, no se puede asegurar que alguien concreto no tendrá un accidente, sólo se puede asegurar que las “probabilidades de accidente se harán muy bajas para el piloto cauto, y la medición de la estadística en el futuro dará resultados mejores es decir menos accidentes en un periodo dado.

Nadie dudaría que si el gobierno arregla la carretera, ensancha la pista, la hace de cuatro vías separándolas según el sentido del tránsito, si se hacen curvas mas suaves, se pone señalización, se controla la velocidad y el número de horas que maneja cada chofer, si se llevan a cabo revisiones técnicas de los vehículos, si se verifica su buen estado etc., los accidentes disminuirían y al año siguiente habría muchos menos muertes.

La secuencia de accidentes será como ya hemos dicho, al azar, es decir habrá días sin accidentes y otros con 2 o 3 accidentes en forma aleatoria, y no se podrá asegurar nada respecto de un posible accidente a un piloto específico en un  día específico, pero si se podrá asegurar que el comportamiento generalizado del fenómeno puede cambiarse. Es decir la naturaleza de ciertas cosas y fenómenos en los que interviene la voluntad del hombre es modificable.

Hay que observar que el resultado de los dados después de un gran número de lanzamientos es que, el número de veces que sale cada número será siempre el mismo y con el caso del palito el resultado siempre será PI y en ambos casos la secuencia será siempre caótica o desordenada, pero en esos casos, la voluntad humana no sólo no interviene, sino que no podría modificar el resultado, aunque quisiera. En cambio en el caso de nuestro viaje a Arequipa, la secuencia de accidentes será también caótica y desordenada pero podemos modificar el resultado del número de accidentes anuales si adoptamos las medidas necesarias.

Si quiero evitar que mi hijo tenga un accidente en la carretera, lo atinado es verificar que su viaje se realice en las condiciones donde las probabilidades de accidente sean las menores. Si aún así ocurre una desgracia, lo que por cierto puede suceder, el hecho será, lo que yo llamo, un verdadero accidente producto del azar y no una imprudencia o una dejadez del gobierno en el mantenimiento de las carreteras o cualquier cosa que podría implicar la responsabilidad de alguien. En todo caso siempre habrá algo que podemos mejorar o modificar.

Dada la tan generalizada actitud de someter su seguridad a la protección divina conviene aclarar: Si además de verificar las condiciones del viaje se desea rezar; no hace daño, incluso hace bien si quien reza es quien va a viajar, por cuanto la actitud de rezar significa un  empeño en tener cuidado. Pero lo que resulta absurdo y hasta hechicería es rezar y no verificar las condiciones necesarias para el viaje o actuar imprudentemente o rezar para que otro no tenga el accidente. El objeto de rezar sería preparar tu mente para poner en el viaje las condiciones necesarias de seguridad, de lo contrario el rezo será absurdo. ¿De qué sirve rezar si nos has revisado tu carro, y sin luces ni frenos te lanzas al viaje? ¿De que te sirve rezar para ganar el partido, si tu equipo no ha entrenado o no tiene las cualidades para competir?  La mejor forma de loar al Dios de tu fe, es reconocer la naturaleza de las cosas y obrar en consecuencia. ¡He visto a tantos regañar contra su Dios por un resultado indeseado o una desgracia personal responsabilizándolo de sus males, sin notar las verdaderas causas o sin reconocer a los verdaderos responsables¡

UN POCO DE HISTORIA, NEGOCIOS Y NUESTRA VEJEZ.-
                                                     
Después del hundimiento del “Titanic”, al verificarse que mucha gente había muerto por falta de botes salvavidas, obligaron a colocar, en los nuevos buques, un mayor número de ellos de modo que a cada lado del barco hubiera tantos botes salvavidas como sean necesarios para la totalidad de los pasajeros y tripulantes. Los fabricantes del “Titanic”, en un acto de soberbia, creyeron poder construir un barco inundible y sólo pusieron unos pocos botes salvavidas. La naturaleza les enseñó,  que tal cosa era una irresponsabilidad. La experiencia enseña, que duda cabe, pero ciertas cosas se pueden  prever si, dejando de lado la soberbia, ponemos nuestro mejor esfuerzo.

Recientemente se ha establecido que cuando un iceberg se desprende de las costas de Groenlandia[7], lo que es permanentemente observado, un avión lanza una baliza radial que queda clavada en el iceberg enviando ondas que avisa a los barcos de su presencia. Además se han modificado las rutas de las naves para que no sean tan al norte como las que, para disminuir las distancias, se usaba en aquellas épocas. Hoy en día un accidente como el del “Titanic” es muy poco probable, salvo que la tripulación del barco se queda dormida o haya bebido demasiado.

El hombre más capaz, el que mejor resolverá los problemas, es el que mejor conozca la naturaleza de las cosas.  Si voy a disparar la flecha debo saber la distancia del blanco, la dirección y velocidad del viento, la velocidad de salida de la flecha y su combinación con su velocidad de caída y el probable arrastre del viento. Si acierta el blanco muchas veces y gana el concurso, algunos dirán, ¡Que buena puntería! Lo exacto sería decir, además ¡Qué buen conocimiento de las cosas!

Las compañías de seguros hacen el cálculo de sus costos, o al menos así es en teoría, basándose en información estadística del número de casos, similares al que se va a asegurar, que se producen  anualmente de los distintos hechos que pudieren afectarlos. Para saber el costo del seguro de accidentes de automóviles, los aseguradores deben saber cuantos accidentes al año se producen dentro de su mercado, deben saber que magnitud promedio tienen esos accidentes etc.

En los países pobres o de poca población el número de asegurados potenciales no es suficiente para establecer un error despreciable en el cálculo de la probabilidad del fenómeno  a asegurar, lo que ocasiona un encarecimiento del costo. Es un problema similar al del palito entre las líneas. Con pocos lanzamientos sólo nos acercamos al número PI y sólo cuando N es muy grande se va logrando la precisión deseada. Igual en los seguros. Con pocos asegurados los errores son muy grandes y los seguros son por ello muy caros. El subdesarrollo cuesta.

¿Qué esperanza tengo de llegar a tener 90 años de edad? En la Edad Media muchos hombres o mujeres llegaban a los 90 años, pero la mayoría moría a los 35 o 40 años. En esas épocas la medicina, la alimentación y muchos otros factores vitales, estaban en pañales.[8] De las enfermedades más simples, que ahora se curan rápidamente, no se sabía nada,  por tanto la esperanza de vida era mucho menor que la de ahora. Mi padre murió a los 67 años, víctima de una enfermedad del corazón. Hoy en día, cualquiera con un mal similar sería operado le harían uno o varios de los llamados “by pases” y sobreviviría 20 años más. Esto no quiere decir que nadie se morirá antes de los 67. Siempre habrá muertes a los 7, a los 10 años y a todas las edades, pero la esperanza de vida del conjunto de la humanidad, o de los ciudadanos de una nación, que es lo que nos interesa,  es ahora mayor que la de antes y en el futuro será mayor que la de ahora.

LOS FACTORES EXTERNOS A LA VOLUNTAD DEL HOMBRE EN LOS FENÓMENOS DONDE SE INTENTA DARLES UN  SENTIDO.-

¿Por qué un mismo deportista tiene un día una gran actuación y otro día una mala actuación?

NO TODOS los factores que intervienen en las acciones humanas son controlables, sobre todo en las acciones que la voluntad se propone ejecutar más allá de lo inmediato. Hay factores aleatorios, a favor o en contra, que se presentan a pesar nuestro, que muchas veces no podemos controlar.

Hemos dicho que la persona más hábil es la que mejor conoce las leyes de la naturaleza. Por eso el mejor tirador será aquel que no sólo tiene mejor puntería, sino que sabe controlar su pulso, domina sus nervios, percibe la influencia del viento, ante un error no se altera y persiste en una actuación serena, es quien menos se deja afectar por el público, el que conoce mejor las características de su arma etc. Con conceptos similares podemos hacer una larga lista que puede ser diferente para distintos tipos de eventos y parta distintas personas.

Pero hay uno o algunos días en la vida de nuestro deportista en que la noche anterior no durmió bien por cusas no conocidas o aquel día hubo un viento al que él no estaba acostumbrado o el clima de aquella ciudad no era de su agrado. Constituyen una relación de factores aleatorios que en muchos casos escapan al control de la persona que terminan actuando en contra del éxito buscado. Reconozco lo difícil que es determinar que cosas son controlables y cuales no.

El vulgo suele atribuir esto a la presencia mágica, la suerte, o la mano divina. Este tipo de hechos son sólo las circunstancias de las que ya hemos hablado antes. No hay en ellas una mano negra que las pone para perjudicar a tal o cual. De hecho le ocurren a cualquiera. En todo caso a unos les afecta unas cosas a otros, otras. Por esta razón para medir al mejor, al campeón, no basta un solo evento, una sola bala o un solo tiro, quizás ni siquiera en un solo día. Por eso los partidos de tenis no son a 1 “game”, son a 5 “sets” que significa medir la capacidad de uno y otro jugador, un mínimo de 48 veces y un promedio de 120 veces en un partido medianamente disputado. Los partidos de golf se juegan a 72 hoyos en cuatro días distintos, lo que significa que cada jugador debe realizar un promedio de 288 golpes; los campeonatos de tiro a 100 disparos. Para cada deporte hay una gama de reglas para lograr que el ganador sea realmente el mejor y no el resultado de una circunstancia favorable para alguien,  o al menos para disminuir éstas al mínimo posible. La regla perfecta no existe.

Lo mismo ocurre en la vida diaria. Los hechos aislados ocurren por azar, por circunstancias o por la presencia de factores aleatorios, pero la sucesión de hechos responde a una regla de conducta y a una consecuencia lógica de tal comportamiento. Responde a lo que uno es y a lo que uno determina o se propone ser, sea individualmente o como sociedad.

El buen cirujano es el que opera bien, se mantiene informado de los avances de la ciencia. La profesión del cirujano o el médico requiere capacidades y cualidades especiales en quienes la practican, mas allá de otras profesiones en virtud de estar de por medio la vida de sus pacientes, pero eso no quiere decir que no pueda presentarse una circunstancia, a pesar del cuidado puesto, que conlleve una mala operación y la muerte de un paciente. Este hecho no hace de tal médico un mal cirujano. No obstante es claro que un cirujano no puede ir a divertirse el día anterior de una difícil operación sin faltar seriamente a sus responsabilidades.

La esperanza de que un hecho deseado ocurra, depende de nuestra capacidad personal para  lograrlo y en casos del interés común, de la capacidad de la humanidad en su conjunto o de un grupo de ella. El comportamiento humano y la esperanza de lograr nuestros objetivos deben centrarse rigurosamente  en el marco de la naturaleza de las cosas del que no debemos salir. Hacerlo es ir contra la realidad.

Las esperanzas válidas son aquellas donde la probabilidad de su logro es razonable, esperanzas utópicas serán aquellas que, por lo menos a la luz de la información actual, no son realizables y las esperanzas absurdas son aquellas que van contra la naturaleza de las cosas y por tanto se encuentran fuera de toda realidad.

Una esperanza utópica puede convertirse con el tiempo y la evolución de las cosas en esperanza válida. Considérese por ejemplo que un hombre del siglo VIII no habría podido ni soñar con la luz eléctrica, por tanto, si en aquella época a alguien se le hubiera ocurrido tener el sueño o la idea de iluminar un estadio[9] y llevar a cabo las olimpiadas de noche, lo habrían tildado de loco y necio. Sin embargo transcurridos los años, con el avance de la ciencia, aquel sueño utópico y necio se hace posible. Si ahora a alguno de nosotros se le ocurriera iluminar un campo de golf para jugar de noche no lo tildaríamos de loco. Sabemos o suponemos que es posible.[10] Hoy podemos encontrar algunos “locos” que nos proponen ideas que ahora consideramos inalcanzables. Pero debemos pensar que con el tiempo mucho de lo inalcanzable se hará posible. Alguien decía: “El progreso es la realización de las utopías”.

Todo esto es evolución. La ciencia progresa, lo desconocido se hace conocido, lo oscuro claro, los aparentes misterios van desapareciendo, todo llega a tener una respuesta aceptable. Es cuestión de darnos el tiempo necesario para la maduración de las ideas y la luz o al menos la penumbra se hará allí donde ahora hay oscuridad. No conozco imposibles sólo conozco voluntades fuertes y débiles.

*    *   *   *   *   *
CONCLUSIÓN.-

Hemos analizado la forma como se producen los hechos que rodean la vida del hombre. Hemos visto como el hombre cuenta con los elementos necesarios para dirigir y modificar el futuro dentro del marco de la naturaleza de las cosas. Podemos y debemos orientar nuestra vida y la de nuestra comunidad y con ella la de la humanidad entera. En eso consiste nuestra libertad, Tenemos ese poder, tenemos ese derecho, y en consecuencia podemos y debemos repetirnos:


El azar es la ausencia de intervención externa en los fenómenos de la naturaleza.

El azar no constituye un misterio ni algo desconocido, sólo es la forma como se comportan ciertos fenómenos.

Las secuencias de un fenómeno o evento se producen siempre al azar, pero el resultado final de la secuencia contiene siempre un comportamiento definido e identificable.

La Voluntad del  hombre  puede modificar el resultado de los acontecimientos. La esperanza o probabilidad de que una cierta secuencia de hechos ocurra o no, depende de nosotros mismos, individualmente, como personas, en unos casos y como sociedad o grupo en otros, pero siempre dentro del marco de la naturaleza de las cosas. Los fenómenos de la naturaleza ajenos a la manipulación humana  se comportan de conformidad con las reglas del azar, mientras la ciencia o la tecnología no encuentren formas de afectarlos. 

El análisis aislado de una secuencia de eventos del mismo género muestra que se comporta al azar. El análisis global de los eventos humanos muestra que se comportan de conformidad con la  dirección dada por la voluntad del hombre.


Como conclusión final podemos decir:

El hombre puede dirigir sus actos de modo que el resultado de las secuencias sea diferente. Esto significa que la esperanza en un futuro mejor es una realidad y no una utopía. Significa que podemos establecer un norte y dirigir nuestros esfuerzos en cierto sentido. El éxito dependerá de nuestra VOLUNTAD y nuestra HABILIDAD para manejar nuestras acciones. Esto no significa  que llenos de soberbia pensemos que tendremos éxito, las cosas pueden no ocurrir como sería deseable, pero no podemos dejar de intentarlo.

Cuando hablamos del futuro de la humanidad debemos tener claro que este no puede depender de las individualidades, sino fundamentalmente de lo que se ha dado en llamar sus dirigentes, los líderes del pensamiento, de la política, de las religiones etc. que se suponen deben ser los grandes orientadores del pensamiento humano que debe labrar el futuro.

Pero hoy en día, no basta la orientación de los líderes y dirigentes, cada cual, las masas, deben ser masas para el progreso y la evolución, deben ser masas conscientes de sus responsabilidades personales y sociales.

Es probable que las masas no tomen conciencia de la necesidad de su participación en la evolución de nuestra especie, ellas en general tienen el problema de subsistir allí donde el medio no le es favorable o donde sus dificultades económicas se lo impiden y es difícil pedirles un aporte concreto.

Es también probable que las masas sean ajenas a la cultura media de las sociedades en que viven. En Países como el nuestro, su bajo nivel educativo no les otorga los conocimientos que les permita aportar lo que quisiéramos.

No obstante, el que tengamos dificultades no es óbice para seguir defendiendo el principio que estamos esbozando, los hombres podemos adecuar el futuro o al menos orientarlo en un determinado sentido. Esto en realidad ha venido ocurriendo, pero ha sido de modo inconciente y sin darle una dirección específica.  La cultura que vivimos con todos sus defectos es hechura humana como resultado de las influencias positivas y negativas a través de los años.

Esto nos obliga a tomar el tema de la orientación de la cultura con la seriedad que nuestro futuro exige. De lo contrario: Si el futuro deja de importarnos o si lo dejamos a la casualidad, como quizás se ha hecho hasta ahora, será imprevisible.

Sólo si tomamos conciencia de las causas y los efectos y obramos en forma dirigida, podremos orientarnos hacia el futuro que deseamos. La única manera de que se de como resultado lo deseado es ponernos a trabajar para hacerla posible.

Podemos y debemos conformar la cultura a nuestra medida y ajustarla a nuestras necesidades, que ésta sea el resultado de un golpe de timón voluntario y orientado, y no una suma de casualidades sin sentido y de consecuencias desconocidas.

Alguien me cuestiona y me dice: ¿Pero, es una certeza que podemos cambiar las cosas y manejar nuestro futuro?

Yo creo que si. Pero yo repreguntaría: ¿Qué alternativa tenemos? De hecho no hacer nada sólo nos traerá incertidumbres, en cambio poner nuestros esfuerzos en esta labor, nos dará siquiera una esperanza o en todo caso nos hará hombres luchadores y no unos pusilánimes. Si así hacemos la historia podrá contar en el futuro que hubo allá al inicio del tercer milenio una generación que luchó por hacer sus vidas mejores.

Yo no sé si he convencido a alguien. Más me importa ser, aunque nunca lo cuente la historia, de aquellos que lucharon aunque fuere contra molinos de viento.

En este momento sólo o acompañado debemos seguir adelante. ¿Hacia donde debemos ir? ¿Cuál es la dirección del desarrollo humano?




LA ESPECIE HUMANA.-


LA EVOLUCION.-

Han pasado millones de años desde que la tierra ha estado orbitando el sol, mientras millones de procesos preparaban “el terreno” para que la vida apareciera sobre la superficie del planeta en que vivimos, hace ya de eso 5000 millones de años.

La energía del sol, la presencia del agua y de las moléculas de carbono hicieron posible que hace 3750 millones de años aparecieran las primeras manifestaciones de vida en la forma de bacterias y algas unicelulares. Aquella agreste naturaleza en proceso de formación permitía y propiciaba aquella incipiente vida.

Debieron pasar 3000 millones de años más para que de aquellas bacterias, después de un lento proceso, aparecieran nuevas criaturas de minúsculos tamaños con garras y dientes, 300 millones de años más para que los primeros mamíferos anduvieran por las praderas buscando alimentos y otros 200 millones de años para que nuestros ancestros empezaran a caminar erguidos, 40,000 años más para que empezaran a cazar, sembrar y comunicarse unos con otros en forma plena. Lo que empezó hace 5,000 millones de años, hizo posible que hace sólo 4,000 años se iniciara una organización social y no más de 200 años para el desarrollo de toda la ciencia y los conocimientos de hoy.

Este proceso que es generalmente aceptado hoy en día es para algunos el resultado de una casualidad, una coincidencia de hechos, un azar. Es decir el resultado fortuito de las fuerzas desplegadas a través de muchísimos siglos. Para quienes creemos en la secuencia de causa efecto, consideramos necesaria la presencia de una fuerza o voluntad inicial, creadora. Pero permítanme dejar esa cuestión para otra oportunidad. Este ensayo no pretende ni desea seguir ese camino, y menos llevarnos a un debate teológico.

Las especies sobre la tierra son sorprendentemente variadas, pero se hizo evidente, a pesar de su diversidad, que toda la naturaleza estaba relacionada. Todas las especies comparten un mismo origen pero distintos procesos evolutivos según los distintos medios y condiciones en los que les tocó desarrollar.

El “Beagle”[11] en que Darwin viajaba para investigar la vida sobre la tierra fue como una nave espacial en el siglo XIX, que le permitió descubrir el funcionamiento de la evolución, al combinar la creatividad de mutaciones diversas con el poder  de la selección natural, para generar variadas especies desde un mismo principio.

Cada especie es el resultado de complejas mutaciones acomodadas a un medio ambiente que les ha dado una orientación, es decir, que las ha hecho reconocibles. Cada especie es apta a su medio y en él su vida es una selección de supervivencia. De allí devienen muchísimas formas de vida. Bella y maravillosa vida gestada a través de millones de años.

Pero la evolución no es un proceso que empezó y que terminó. La evolución es un proceso vigente, permanente, que continúa. La interrelación vida-medio ambiente sigue actuando para darle a las especies sus mejores condiciones de vida. Esto es hoy en día un hecho demostrado sobre el que me permitiré sólo algunos pocos comentarios.

Toda la naturaleza nos presenta procesos de permanente “mutación” y adaptación. Aquella planta que en clima frío desarrolla hojas gruesas y flores capaces de soportar ese medio pero si la misma planta es llevada bruscamente a otro clima, probablemente perecerá pero si es llevada a otro clima paulatinamente, mediante un proceso, evolucionará y sus hojas se harán ligeras y sus flores sutiles. Sólo hay dos realidades posibles para cualquier ser si el medio ambiente se modifica, o evoluciona o muere.

En el espacio que nos rodea, todo es actividad evolutiva. El universo esta en permanente expansión, las distancias, como ahora sabemos, aumentan a velocidades increíbles y nos separan cada vez más de otras galaxias. Hay pues, cambios permanentes evolución en proceso.

¿Hay vida en otros planetas o galaxias?

A esta pregunta sólo se puede contestar con una afirmación a pesar de lo poco o nada que se sabe al respecto.

Cuando las primeras naves lanzadas desde la tierra han llegado a los planetas más cercanos, no han encontrado formas conocidas de vida. Sin embargo debemos recordar, que cuando en 1903 R. Scott llegó a la Antártida, dijo: “No hemos encontrado señales de vida”, siendo así que hoy en día sabemos que la hay y la ha habido siempre. Que la vida en Marte no parezca posible o no la hayamos visto aún, no quiere decir que no exista. Hoy sabemos que la vida puede existir o preexistir, es decir estar latente, en ambientes inhóspitos. No sabemos aún en que planeta tal evolución puede haber empezado ya. La realidad es más rica en recursos que nuestros sueños más alocados.

Es razonable especular que la vida es común en el cosmos y que nuestro planeta no es una excepción. Así pues, la vida en otro planeta u otra galaxia o donde fuere, debe ser también evolutiva.

Lo que no es probable o al menos es muy improbable, es un posible encuentro con algún tipo de vida de otras galaxias. En contra de eso están, primero, las enormes distancias que nos separan, en relación con nuestra corta vida y segundo, que la vida que pudiéremos encontrar no tendría porque ser en nada similar a la nuestra ni a alguna de las especies de la tierra, lo que haría del encuentro, de producirse, algo muy relativo. Es decir los sensores para captar el exterior pueden no ser ni siquiera similares a los nuestros, ¿tendrán vista, oídos, tacto? No lo sabemos. Quizás ni siquiera podríamos reconocerla como vida, por lo que la comunicación sería muy poco probable. Estos conceptos deben entenderse dentro de nuestra realidad científica actual. ¿Qué evolución podría haber en el próximo millón de años que haga variar esta posibilidad? Imposible saberlo.

¿En que etapa de la evolución nos encontramos en este instante de la existencia humana? Los dinosaurios desaparecieron hace ya muchos siglos, ¿Desaparecerán también los perros o las mulas o los caballos? Algunas especies empiezan a desaparecer. ¿Serán las especies actuales aptas para superar el hábitat que se les impone? ¿En qué sentido evolucionarán? ¿Cuáles serán las nuevas especies dentro de un millón de años?

Nos encontramos en el siglo XXI, en el año 2001 contado desde un momento convenido, pero habrá sin duda un año 6,000 y uno 10,000 que serán los siglos 61 o el siglo 101 después que la tierra de un determinado número de vueltas alrededor del sol, pero ¿Cómo evolucionará la especie humana?

En los seres vivos, el proceso natural de su evolución parece ser selectivo, desarrollan las especies más resistentes, las más fuertes, las más capaces, las de mayor potencial, y tienden a desaparecer las otras. Ciertas especies desaparecen al ser depredadas o cuando alguna no guarda el equilibrio de reproducción necesario. Las vacas podrían desaparecer a manos del hombre si a la búsqueda de su carne las depredamos y nos despreocupáramos de su reproducción. La selección de la naturaleza nos muestra el camino; permanece el mejor, el más apto. No se trata de un acto de violencia. Es la naturaleza de las cosas. Hago notar aquí que sólo me refiero a la acción de la naturaleza en la evolución de las especies o de la misma naturaleza.

Todos los procesos de la naturaleza y entre ellos la evolución misma, no se producen linealmente, es decir, con un permanente signo positivo, ni con una velocidad constante. Así, resulta cierto que en algunas épocas los que permanecen no son necesariamente los más aptos, a veces sólo son los más fuertes. No obstante, a la larga y en el marco de la compleja naturaleza humana que tiene mucho de animal, el proceso sigue su curso inexorable y serán solo los más aptos los que perduren y no necesariamente los más fuertes. Al menos eso sería lo deseable.

Cuando se produce una selección y una especie desaparece sin la intervención de alguna causa  originada por el hombre, es por que ésa es su  naturaleza. Esto puede ocurrir por efecto del medio ambiente o por efecto de la depredación por otras especies. Cuando el entorno en la vida de una especie se le hace adverso, tal especie luchará por sobrevivir. Sobrevivirá si cuenta con lo necesario, de lo contrario desaparecerá. El efecto de un verano caluroso en ciertas regiones depreda las especies no aptas para el exceso de calor. Si llevamos un grupo de hombres a habitar regiones inhóspitas, muchos morirán pero sobrevivirán los que tengan condiciones físicas para superar la adversidad.

Al proceso por el cual alguna especie tiene dificultades para la vida lo llamamos lucha por la supervivencia. Cualquier especie en peligro de extinción desarrolla elementos de defensa, hace frente a las circunstancia adversas. En esos casos  las fuerzas de la naturaleza pueden vencer o ser vencidas y la especie sobrevivirá o desaparecerá.

El adelgazamiento de la capa de ozono de la atmósfera que con el transcurrir de los años podría afectar nuestra existencia es hoy motivo de alarma. Mal haríamos si nos limitáramos a observar el fenómeno sin tomar las medidas necesarias para disminuir o eliminar nuestro peligro. Esta es ahora una de nuestras luchas por la supervivencia. ¿Hemos reconocido otras? ¿Seremos capaces de reconocerlas?



CAPITULO CUARTO


HERENCIA Y MEDIO.-

En un medio en evolución la herencia adquiere una importancia capital. Establecer las características y condiciones de la herencia nos permitirá entender esa evolución y así podremos orientarla de acuerdo con nuestras necesidades.

“Algunos biólogos, dice Ashley Montagú, siguen pensando todavía como pre- formacionistas, como si creyesen que la personalidad definitiva esta determinada inalterablemente desde la concepción. Los “genes” o “determinantes” dicen esos pensadores, están presentes en las células sexuales de los padres y cuando se combinan  lo hacen en una forma definida, que se desarrolla parte por parte, órgano por órgano, en el individuo predeterminado”. ….. “Esta idea de la naturaleza de la herencia está muy generalizada, y es falsa”, concluye Montagú.

“El desarrollo del individuo está determinado por la forma de interacción entre los genes en un determinado medio.  El medio varía de un individuo a otro y afecta a los genes de modo diferente”

“La naturaleza de la herencia sería mucho mas clara y correcta si en vez de usar la palabra herencia usamos la palabra “potencial” o “potencialidades”, dice Ashley Montagú. Los potenciales “heredados” se desarrollan y asumen su forma  funcional bajo la influencia reguladora del medio. La herencia entonces esta compuesta de potencial y medio”

“Esa es la verdad que debe hacer añicos para siempre lo que pudiera llamarse la falacia biológica, el patético error que mantiene que el hombre es fundamentalmente función de sus genes.”

Sostengo con absoluta convicción esta tesis que Montagú expresa tan explicita y claramente. La herencia es sólo de potenciales que se desarrollan o potencian en un medio, tanto social, como físico.

A algunos les inquieta esta aseveración, como si se tratase de decir que la herencia genética no existe. Nada más alejado de nuestra intención. La herencia genética es un hecho en lo que se refiere a las condiciones fisiológicas del ser vivo. Se especula ahora con la posible manipulación científica de esta herencia genética al haberse descubierto la estructura del ADN. Maravillosos, adelante. La herencia genética establece precisamente los potenciales del ser. Una buena vista, órganos bien formados, neuronas y cerebro físicamente aptos, características físicas etc. constituyen todo el equipo que nos trae la herencia genética. Equipamiento que de por sí sólo significa posibilidad, capacidad para ser. Es decir de lo que tratamos nosotros es de la PERSONA. Los potenciales que la genética nos provee se necesitan mutuamente, además necesitan el medio externo, el medio psicológico, y todo aquello que le es necesario a tales potenciales para activarse.

Al recién nacido se le estimula a hablar, a moverse, a reír, después a caminar etc. Es decir se le estimula a desarrollar sus potenciales. Podría no hacerse, pero entonces estaríamos dejando de aportar nuestros conocimientos al mejor desarrollo. Es probable que hace muchísimos años no se hiciera esto, porque los conocimientos de aquella época no aportaban esas ideas. Es decir la cultura colabora al desarrollo físico en coordinación con los potenciales de la naturaleza humana. En mi niñez, por ejemplo, ninguno de nosotros era tratado de dislalia o dispepsia o cosas similares porque la ciencia aún no las conocía. Hoy en cambio no hay madre que no este atenta a esos fenómenos.

Esta aseveración vale también para los potenciales mentales. Cuando decimos que al leer, aprendemos a pensar, significa que si ejercitamos la mente esta pone en funcionamiento su potencial. Cuanto más pienso mas desarrollo mi mente. Si vivo en un medio ad-hoc al pensamiento seré mejor pensador. La naturaleza nos provee de una memoria natural, pero si la ejercitamos podremos optimizarla y/o aumentarla.

Un carácter físico o mental es la expresión de un potencial bajo la influencia de un medio o grupo de medios.

Los potenciales del hombre pueden ser físicos, mentales y psicológicos.  Estos potenciales funcionan en forma conjunta y es difícil, si no imposible, aislar unos de otros. Es decir, funcionan como un sistema, como una organización, o mejor, como un organismo.

Como el hombre deviene de una evolución a partir de otras especies, hay que entender que la cultura y el medio colaboraron a esta evolución gestora de la especie humana tal como ahora la conocemos.

 


LOS SIMBOLOS Y EL LENGUAJE.-

Es difícil poder descubrir todo el proceso de evolución que generó potenciales como el habla por ejemplo. ¿Qué hizo posible las primeras articulaciones de palabras?


La capacidad de abstracción y la de crear y utilizar símbolos es la base de la diferencia entre el hombre y el resto de animales. Esta capacidad ligada a la de articular una variada calidad de sonidos hace posible el lenguaje. La capacidad de hablar es hereditaria en el hombre.

El lenguaje es la capacidad específica de utilizar un sistema concreto de expresiones simbólicas para establecer una forma muy adelantada de comunicación que sólo conocemos en los hombres. El lenguaje es el vehículo de la cultura humana.

Hay quienes piensan que ciertos animales cuentan con expresiones que pueden considerarse como lenguaje. Al respecto considero que de ser así, tal lenguaje es sólo muy insipiente y no llega a constituir ni lejanamente el concepto de lenguaje que tenemos los hombres.

Por otro lado el lenguaje que es el motor de la comunicación si se diera en algunos animales, no lo es al nivel de servir de vehículo para gestar una cultura que evolucione y avance.

La razón no es exclusiva del hombre, pero la actitud generalizada para aprender a utilizar símbolos sí lo es. Hay muy contados casos en algunos animales superiores que utilizan signos como por ejemplo bostezar, arrugar la frente, chillar, gritar etc. Sin dejar de referir cuántos de esos son meramente instintivos y desconocidos para ellos mismos, sólo son comunicaciones elementales de supervivencia que no permiten, ni han permitido una evolución cultural.

Se me sugiere que quizás los animales podrían contar con un lenguaje que los hombres aún no conocemos y cuyo proceso de evolución se encuentra etapas primarias por lo que no han gestado aún una cultura. No me parece probable, los animales son anteriores al hombre y por ahora sólo podemos asegurar lo que vemos y comprobamos, no lo que pensamos.

COMUNICABILIDAD, EDUCABILIDAD Y CULTURA.-
           
La capacidad de simbolizar, el lenguaje, el oído y el tacto constituyen el grupo de potenciales de la comunicabilidad, que unidos al de la memoria, permite sentar las bases de una cultura, es decir establecer una forma permanente y particular de conducta, que puede prevalecer y evolucionar de generación en generación.

Sabemos de animales que emiten sonidos, que oyen y que pueden responder de modo repetitivo a determinados estímulos. Por ejemplo enseñar a nuestro perro a responder cuando se le llama por un nombre o se le silba, o cuando se le pone el alimento en un mismo lugar, implica un determinado nivel de comunicabilidad de los perros con el hombre. Podemos observar que nuestro perro mueve la cola y se agita cuando llegamos a casa y hemos sabido de casos de perros que se les ve tristes y callados cuando su amo ha muerto. Cuánto de esto se origina por una verdadera comunicación y cuánto son respuestas instintivas del animal al satisfacer determinados necesidades, no lo sabemos. Pero lo que si sabemos es que ningún canario, ni la mayoría de los animales logran, ni remotamente, un nivel de comunicación similar. Los cuidadores de caballos me informan que dicho animal no suele responder a su nombre. Debemos también referir que esta comunicabilidad entre el hombre y el perro u otros animales es comunicación en un solo sentido. Es decir el hombre puede enseñar al perro determinados comportamientos sin que éstos desde su lado puedan colaborar a esa comunicación, salvo respuestas intuitivas como mover la cola en señal de alegría etc. Dejo no obstante la posibilidad abierta. Esperemos otros mil millones de años y veamos si los perros llegan a hablar.

Pero lo que verdaderamente interesa es establecer el nivel de comunicabilidad entre miembros de la misma especie. No se conoce capacidad de comunicación entre perros. Lo que le hemos enseñado a un perro tenemos que enseñárselos a sus crías por cuanto entre ellos no se comunican en el sentido de transmitir formas de comportamiento. El perro que ha aprendido a responder por su nombre no puede enseñarle tal cosa a su prole.

No obstante, los animales enseñan a sus crías a buscar el alimento, a defenderse, a cobijarse, a volar las aves etc. Ese comportamiento es el que llamamos instintivo. Los animales transmiten a sus crías aquello que les es necesario para su supervivencia. De no ser así la especie desaparecería. Es lo que podríamos llamar cultura básica de supervivencia.

El esfuerzo por encontrar un patrón de lenguaje en los delfines es, a mi juicio, sólo especulativo. Los delfines existen hace muchísimos siglos, por tanto su comunicabilidad si la hay, no ha sido capaz de generar absolutamente nada.

El único animal que cuenta con una comunicabilidad de alto nivel y que puede enseñar a su prole y transmitir herencia de generación en generación y gestar una cultura superior a sus estrictas condiciones de supervivencia es el hombre. Nuestra capacidad de comunicación, que la tecnología enriquece permanentemente, le permite desarrollar un medio cultural de perfiles muy variados y fronteras que se amplían sin detenerse.

La comunicabilidad determina también  en el hombre su EDUCABILIDAD. En la misma medida que es capaz de comunicarse entre si, es capaz de enseñasr y aprender, es decir es educable. El resultado de la transmisión de experiencias, conocimientos, formas de vida etc. constituye la cultura toda, que evoluciona de generación en generación.

Por ello es válido decir que el hombre es capaz de transmitir su cultura, darle un sentido y orientarla o reorientarla según la evaluación que para su beneficio, haga de ella.

Lo que diga o el modo en que lo diga es parte de su cultura

“Resulta evidente dice Ashley Montagú[12], que el lenguaje se desarrolla como una parte integrante del complejo cuerpo-espíritu, y que una persona es lo que piensa, mucho mas profundamente de lo que de ordinario se cree. El pensamiento es lenguaje sub-vocal. El habla es pensamiento explicitado.”

Los humanos  habrían desaparecido o quizás seríamos animales inferiores sino contáramos con esta capacidad específica de transmitir la cultura.

Así pues COMUNICABILIDAD, EDUCABILIDAD Y HERENCIA constituyen los ejes característicos del hombre, lo que lo diferencia de otros seres vivos.         

LA BASE BIOLÓGICA DE LA COOPERACIÓN

No obstante la lucha por la supervivencia, en todas las especies la base de su existencia y su desarrollo es la cooperación. Dentro de la misma especie es generalizado el comportamiento cooperativo. La excepción es la lucha por la cópula, en las especies sexuadas, o por el alimento si éste es escaso.

Dice Ashley Montagú:[13]

“Las células de las esponjas, que pertenecen a varias clases diferentes, pueden ser separadas artificialmente de modo que queden totalmente disociadas y queden al final totalmente desorganizadas. Pero es interesante observar y comprobar que si no sufren daños, no permanecerán separadas por mucho tiempo, pues se reagrupan en una posición adecuada y vuelven a formar un organismo. Cuando un experimentador aparta a una ameba de un grupo de sus semejantes y la pone a cierta distancia de ellas, observará que al rato comienza a buscar su camino de vuelta al grupo. Se trata de un instinto social”

“.....con pocas excepciones, si es que hay alguna, todos los animales mantienen contacto con sus semejantes a menos que, en determinadas circunstancias, tal comportamiento, suponga una amenaza. Se puede comprobar pues  que muestran un potencial para la sociabilidad.”

La cooperación constituye así, para todas las especies vivientes y entre ellas en el hombre, un factor de estabilización y cohesión, que contribuye al éxito de la actividad del grupo y mejora el medio para que sus miembros funcionen con mayor eficacia y se incremente el nivel de supervivencia.

La vida social y la colaboración, es entre otras cosas, un medio de asegurar la reproducción de la especie. Si la reproducción es óptima se podrá garantizar la supervivencia de la especie, en la medida que sea mayor que las fuerzas depredadoras que pudieren coexistir.

Conclusiones.-

3 conceptos fundamentales deben quedarnos claros en este capítulo:

-El hombre es eminentemente social y colaborador.

-Los símbolos y el lenguaje hacen al hombre altamente apto para la comunicación, por ende altamente educable, gestor de su propia cultura y capaz de transmitirla de generación en generación.

-La cultura que el hombre gesta le trasciende, va más allá de la cultura de supervivencia y es capaz de una cultura de desarrollo, progreso y evolución en beneficio propio, aunque en ciertas circunstancias podría ser en contra de sí mismo.



CAPITULO QUINTO

LAS NECESIDADES

Ashley Montagú define:

 “Una necesidad básica ó biogénica puede definirse como toda exigencia del organismo o de un grupo que debe ser satisfecha para que sobrevivan. Las necesidades, son requisitos o ambientes básicos para hacer posible el desarrollo del organismo”

Si como hemos visto los potenciales se desarrollan en un medio apto, determinados potenciales requieren  de necesidades específicas o medios específicos para su realización.

Freud y muchos psicoanalistas posteriores han sustentado que la vida intrauterina es extremadamente placentera. Este estado se ve bruscamente interrumpido por el parto del que Freud dice:

“... el parto parece ser la primera ansiedad individual.”

Del estado de placer y calma en la vida intrauterina el individuo vive la experiencia del nacimiento, que le produce, según Freud, un sentimiento de desamparo físico y psíquico. De un estado de seguridad en el que sin necesidad de expresión alguna obtiene lo  necesario para su subsistencia pasa a uno que supone una ansiedad como resultado del traspaso de un estado conocido a otro desconocido. De un estado en el que las perturbaciones externas son muy limitadas, a un estado en el que requiere manifestarse para exigir su mantenimiento.

Toda necesidad se presenta en cualquier ser vivo como impulsos manejados por el sistema nervioso generando una forma de ansiedad. Como consecuencia se hace necesario un acto externo, voluntario o no, que tiene por objeto resolver la ansiedad, produciéndose una satisfacción y la eliminación total o parcial de la ansiedad inicial.




SECUENCIAS VITALES PERMANENTES PROPIAS DE TODA CULTURA O ACULTURALES.

A) Mecanismo de alerta
B) Acto
C) Satisfacción
1
Deseo de respirar: boqueadas
Aspiración de acto
Eliminación del CO2 en los tejidos
2
Cansancio
Descanso
Recuperación de la energía muscular
3
Somnolencia
Dormir
Despertar renovado
4
Presión de la vejiga
Micción
Desaparición de la tensión
5
Presión del colon
Defecación
Relajación abdominal y del colon
6
Hambre, ardor o sensación en los tejidos de las paredes del estómago
Ingestión de alimento
Saciedad
7
Sed, sequedad en la boca y labios
Absorción de líquidos
Extinción de la sed.
8
Inquietud
Actividad
Satisfacción
9
Miedo
Huida del peligro
Relajación
10
Dolor
Evitación posible
Normalidad. Salud Física
11
Apetito sexual
Cópula
Detumescencia[14]



Este cuadro, elaborado por Malinowski,[15] lo hemos copiado de la Pág. 101 de “La Dirección del Desarrollo Humano”, modificando sólo el orden a fin de hacer mas clara la exposición siguiente.

De  este grupo de necesidades vitales, sólo considero realmente vitales, en el sentido estricto del término, las 7 primeras. En efecto, las 4 últimas si bien son de importancia para el logro de cierto tipo de vida no lo son para sobrevivir como persona individual, hablando nuevamente en el estricto sentido de este término.

Podemos notar también, refiriéndonos siempre al cuadro anterior, que para la satisfacción de las 7 primeras necesidades vitales del cuadro, el recién nacido humano puede actuar por si mismo para lograrlo en las 5 primeras. Para ello la naturaleza pone a su alcance lo  necesario. En cambio para la satisfacción del HAMBRE y/o la SED requiere la ayuda indispensable y oportuna de una tercera persona.

Finalmente hay que comentar que el impulso del apetito sexual en el hombre, no debiera ser, a mi juicio, parte de las necesidades básicas.  El apetito sexual es una necesidad “vital” de supervivencia para las especies pero no para el individuo, como el mismo Montagú refiere cuando dice[16]:

“El sexo en la forma de trato sexual, es la única necesidad básica cuya satisfacción no es esencial para la supervivencia de un organismo particular, si bien es necesaria de manera obvia para la reproducción del grupo y como consecuencia para su supervivencia”

Muchas personas viven sin copular[17]. El apetito sexual debiera considerarse entonces dentro del grupo de necesidades básicas NO VITALES que veremos después.

NECESIDADES BASICAS  NO VITALES.-

Las necesidades básicas no vitales  son aquellas que es preciso satisfacer, no porque sean indispensables para la supervivencia sino que lo son para que el organismo desarrolle satisfactoriamente y se mantenga en un estado de salud mental:



Tensión fisiológica, impulso mecanismo de alerta
Necesidad exigida
Acto
Homeostasis
Sentimiento de soledad
Estar con otros
Contacto físico
Seguridad
Tensión general
Expresión
comunicación
Reconocimiento social
Apetito sexual
Cópula
Cópula, eyaculación,  orgasmo
Detumescencia



Hemos insertado en este último cuadro la necesidad del apetito sexual, como necesidad NO VITAL en atención a lo mencionado en los párrafos anteriores.

Los psicólogos han estudiado y comprobado la necesidad fundamental de la socialización del hombre. El hombre exige y necesita la compañía de otros, necesita relacionarse con otros, es vital para su salud mental. Se han dado muchos casos de personas que fueron separadas de sus padres y de todo contacto humano desde su nacimiento y todos ellos han derivado en neurosis graves.[18] Se conocen casos de humanos que desde su nacimiento han cohabitado  por largos períodos exclusivamente con animales de otras especies habiendo asimilado algunas de las características de ese grupo perdiendo, al menos parcial o temporalmente, los potenciales humanos.  Se sabe, sin embargo, que la recuperación del ser a un nivel aceptable es  posible.

EL NEONATO Y LA SATISFACCIÓN DE SUS NECESIDADES.-

En el recién nacido se produce la presencia de necesidades básicas que deben ser satisfechas de inmediato  de lo contrario su vida corre peligro inminente. El neo-nato no puede alimentarse por sí mismo, tampoco puede estar limpio, por mencionar dos cosas obvias. La madre cubre normalmente estas necesidades vitales.  Menos obvia es la necesidad de comunicación, sin embargo existen pruebas fehacientes que han demostrado que el niño que no satisface sus necesidades de estar con otro, mengua severamente sus potenciales.

La necesidad de comunicación sólo puede ser satisfecha por el neo-nato mediante la acción de terceros, por sí mismo no puede.

Ashley Montagú comenta:

“Los animales suelen lamer a sus crías a poco de nacidos. Vulgarmente se dice que los lavan, pero la universalidad de este acto, así como otras consideraciones indican mas bien que es preciso dar a este acto una significación biológica más profunda que la del simple lavado. Las pruebas muestran que cuando se separa a una cría antes que la madre las haya lamido, tiende a morir a consecuencia de un defecto funcional de los conductos gastro-intestinales. La falta de estimulación cutánea no permite que el sistema nervioso de la cría entre en funcionamiento y desarrolle los reflejos adecuados”.

Los humanos solemos estimular la comunicación con el neo-nato mediante acciones como: Cargarlo, apretarlo, besarlo, acariciarlo, manteniendo el mayor contacto posible entre la piel de la madre o padre y la del niño, generando un “diálogo” que si bien el niño no entiende lo estimula al observar que quien tiene al frente hace cosas como: Hablarle, cantar, reír etc. Mientras el neo-nato es alimentado lo óptimo es facilitarle buen contacto con el seno y el pezón materno durante la lactancia, lo que le otorga un alto grado de comunicación.

La falta de satisfacción de las necesidades básicas, vitales y no vitales, impiden que los potenciales se desarrollen y entren en función. El niño que no recibe las estimulaciones cutáneas y/o sensoriales que hemos descrito sucintamente será un niño con disfunciones de algún tipo como resultado de la falta de un medio que lo haya estimulado o iniciado su funcionamiento.

Cuando la madre o el padre, ponen en su relación con el recién nacido las acciones necesarias para satisfacer sus necesidades básicas lo que están haciendo es AMANDO A SU HIJO. Tales expresiones de amor son indispensables. Abrazar, besar, acariciar, darle el pecho, cantarle, hablarle, bailar con él etc. etc. son actos de amor dirigidos a satisfacer las necesidades del niño de modo que éste desarrolle la plenitud de sus potenciales y crezca en salud mental, física y psicológica.
           
NECESIDADES DERIVADAS.-

Consideremos brevemente las necesidades secundarias o más propiamente culturales que surgen como   respuesta de las necesidades básicas, a las que llamaremos “derivadas” Estas necesidades son consecuencia del medio cultural y social en el que vivimos es se derivan de la cultura imperante y se pueden esquematizar así:[19]


NECESIDADES DERIVADAS
IMPERATIVOS
RESPUESTAS
Todos los bienes y servicios que se producen
EL TRABAJO y la economía
La calidad del comportamiento humano, prescripciones, normas, leyes jurídicas y morales.
Orden  social
Mantenimiento del nivel humano y lo necesario para su desarrollo
Educación
Mantenimiento de un orden  e instituciones tutelares investidas de poderes para la ejecución de la vida socio económico.
Organización política.



Parecería confundirse que el ítem 2 y el 4 son mas o menos lo mismo. Estos cuadros que Fromm inserta en su obra, diferencian las necesidades de orden y control social de las necesidades que ese orden exige en la forma de una organización política.

El ítem 3 que exige la presencia de una educación en tanto la formación de principios y valores debe incluir también la instrucción en los conocimientos que vendría a ser la transmisión de la cultura.

NECESIDADES ADQUIRIDAS.-

Todo objeto abstracto o concreto al que el hombre de un valor o al que se habitúe por alguna causa puede convertirse en una necesidad a la que por ello se las llama “adquiridas”. El bridge, el tenis, el tabaco, el alcohol, el filosofar, la poesía, la fe, leer, escribir, en fin, todo aquello que uno se pueda imaginar, puede constituir una necesidad “adquirida” por cuanto son consecuencia del medio social.

Debe advertirse que una necesidad “adquirida” como las mencionadas, puede considerarse como “derivadas” si se la entiende como consecuencia del medio cultural. Pero su diferencia  estaría en que las necesidades derivadas de la cultura mencionadas en el cuadro anterior constituirían partes esenciales de la cultura mientras que las mencionadas en este último rubro pueden ser o no ser parte de la cultura. Las diferencias de estas formas de necesidades son ciertamente sutiles y podrían constituir un solo grupo y por otro lado unas pueden estar insertas en otras o dos de ellas ser casi lo mismo.

Cualquier NECESIDAD ADQUIRIDA puede insertarse en otro tipo de necesidades, según la persona y sus circunstancias, el medio ambiente y la cultura. De hecho cualquiera de estas puede llegar a ser, para algunos, una necesidad básica si por alguna causa deviene en esencial para ella. El juego del “bridge” podría ser para una determinada persona un factor relajante en el supuesto que le diere la oportunidad de establecer una relación con otras personas satisfaciendo así una necesidad de expresión, con lo que puede considerarse como una necesidad básica.

Ciertas necesidades adquiridas pueden superponerse  a las necesidades derivadas. Por ejemplo la necesidad de una vivienda, es una necesidad derivada, pero el deseo de decorar la casa de una manera dada es una necesidad adquirida.

LA LIBERTAD.-


Una necesidad trascendental es: LA LIBERTAD. Montagú no hace referencia a ella, lo que considero una omisión, podría decirse en descargo, que LA LIBERTAD es una consecuencia de la Necesidad Derivada de la organización política o el orden social, la economía o la educación, pero a mi juicio, no puede considerársela de ese modo sin cometer, como he dicho, una omisión.  Es extraño esto en tanto Fromm  es autor de aquel extraordinario libro: “El miedo a la Libertad”, que trata tan bien el tema.

J.P. Sartre  dice:

“Los hombres podemos inventar y elegir, dentro de cierto marco, nuestra forma de vida. Podemos optar por lo que nos parece bueno, es decir, conveniente para nosotros, frente a lo que nos parece malo e inconveniente. Y cuando esto ocurre, es decir inventar y elegir, también podemos equivocarnos.”

“...tanto la virtud como el vicio está en nuestro poder. Y siempre que está en nuestro poder el hacer, lo está también el no hacer“

“Estamos condenados a la libertad y para esa condena no hay indulto que valga...” 

“No cabe duda que el ser humano quiere muchas veces cosas contradictorias que entran en conflicto unas con otras. Pero justamente allí reside la responsabilidad creativa; en ser capaces de establecer prioridades.”

“El arte de vivir sólo puede desarrollarse en libertad responsable y creativa entre seres humanos, si no, no estaremos hablando ni de arte, ni de vida, ni de ética.”[20]

La libertad es una necesidad inherente a la especie humana, el hombre subyugado no es un hombre pleno.

Debe considerarse una relación equilibrada entre dependencia y libertad. La exigencia de contar con las necesidades básicas genera un nivel de dependencia. Necesitamos de los otros y de todo el medio. Esto puede parecer contradictorio, pero no lo es. Yo necesito al otro y él me necesita a mí, pero nos necesitamos y debemos necesitarnos libremente. La satisfacción de una necesidad en el niño por parte de la madre no podría estar sujeta a la sumisión del niño. Habrá una consecuencia en la relación niño-madre, pero será una consecuencia de amor y no de dominio o al menos debiera serlo.

NECESIDADES Y VALORES.-

Podemos establecer una escala de valores  en el esquema de los distintos tipos de necesidades. Las necesidades básicas vitales tienen un valor superior a otras en tanto son para la vida misma. Otras necesidades ocuparán posiciones según su presencia sea más trascendente para la personalización del ser. De hecho las hemos expuesto dentro de cierto orden de valores, pero éste puede sufrir modificaciones según las circunstancias, la cultura y el medio.

NECESIDADES Y NEUROSIS.-

Una neurosis en cualquier cultura es el resultado de la falta de satisfacción adecuada de los componentes psíquicos de las necesidades del ego. Cuando el niño, sobre todo antes de los 6 años de edad, sufre  la privación de algunas de sus necesidades básicas, se produce una perturbación y una situación de tensión y como consecuencia el organismo sufre un desequilibrio, una ansiedad que será origen de una neurosis. La ansiedad no es, en este contexto una enfermedad, es un aviso, algo esta fuera de equilibrio. Es equivalente a tener sed, que es en realidad una forma de ansiedad.

Alguien me pregunta, entonces, ¿Todos somos neuróticos?

Si, todos tenemos una cierta neurosis, que no es lo mismo que ser un neurótico. No existe ser humano que no haya sufrido carencias. Unos más otros menos, unos de una forma otros de otra. Eso habrá traído a algunos cierta neurosis, a otros algunos complejos o angustias. El ser absolutamente sano no existe.

DEPENDENCIA, FORMACIÓN-

Hemos visto que de la absoluta dependencia del no-nato respecto de su madre, pasa después del parto a otras formas de dependencia necesarias para satisfacerle sus necesidades básicas vitales. Es indudable que la dependencia va disminuyendo en la medida que el niño adquiere su propia personalidad. Esta dependencia será unas veces mas prolongada, otras menos, según las características de las personas, su medio social y cultural.

Según Leo Loeb: [21]

“.... se hace imposible una separación entre individualidad y medio, especialmente cuando se trata del medio social”

La relación del hombre con sus congéneres y sus naturales dependencias no lo convierte en autómata ni en sumiso. El hombre, como ya lo hemos dicho, es capaz de cambiar el medio social y su relación con la naturaleza. No podemos cambiar la naturaleza misma, pero si el modo como sus leyes y sus reglas nos afectan.[22]

La cultura se transmite de padres a hijos y de generación en generación a través de muchos medios. Pero la cultura que yo transmito esta afectada por mi existencia  y la de mis coevos, no es la cultura del siglo pasado la que transmito al siglo venidero, es la cultura de mi época.

Dice Montagú[23]:

“A pesar de afirmaciones en contrario, parece indiscutiblemente evidente que el niño no nace con un ego, ni con un yo, sino que lo adquiere de otros, mucho antes de ser consciente de su propio yo. El “yo” se aprende de otros “yoes”, y por lo tanto, el tipo de yo que el niño adquiere depende de los tipos de yo que le han rodeado, sobre todo en sus primeros años, como sus padres y después el medio cultural, el medio social del que es parte y de las características de la naturaleza”.

Los niños suelen parecerse a sus padres, en cuanto a personalidad, modo de ser, carácter, aficiones o gustos, no por razones de herencia genética sino por que viven en su entorno. La fuerza de la presencia de los padres, al ser sus primeros contactos y quienes satisfacen sus necesidades vitales iniciales, hace que el niño los asuma como paradigmas. Puede también ocurrir lo contrario, es decir, conflictos psicológicos que lleven al niño a rechazar la figura de los padres como paradigma.

La herencia genética, a mi juicio, proveerá de los padres un parecido físico, determinadas características fisiológicas.

Este asunto ha sido motivo de ardorosas discusiones. En general hay una tendencia bastante generalizada a darle a los genes todo el peso en la formación de la personalidad. Mi posición es la contraria. Lamentablemente siempre resulta más fácil respaldarse en algo como la genética en vez de asumir nuestra responsabilidad en los resultados de los encuentros con nuestros prójimos.

MATERNIDAD Y AMOR.-

El recién nacido necesita que lo amen, es decir, necesita que satisfagan sus necesidades vitales, de no ser así muere o sus potenciales son altamente afectados. Experiencia de esta naturaleza se ven y se han visto permanentemente.[24]

La madre, sin menguar la importancia del padre, constituye el primer contacto cooperador que tiene el recién nacido. El proceso de cuidar y atender al niño satisfaciendo sus necesidades básicas de supervivencia es el comienzo de la socialización.

Conforme desarrolla, el niño tendrá que aprender una lección básica; si quiere que lo amen habrá de amar. Todos los seres humanos nacemos dependientes y debemos aprender que somos dependientes. Nuestro adiestramiento social, por anárquico que parezca, nos enseña a conservar algo de dependencia. Yo dependo de ti, tú de mí, nosotros de nosotros.

La interdependencia o dependencia, es el estado social. El hombre es eminentemente social, no puede existir como ente aislado, necesita de sus congéneres. No aceptar o no entender la dependencia y establecer distancias con el prójimo significa correr un riesgo. Su salud mental estará en peligro.

Lo que resulta cierto es que toda dependencia exige un grado de independencia que la haga aceptable. Esto es variable para cada individuo según su cultura y el medio ambiente. El nivel de dependencia aceptable será aquel que permite al organismo una relación adecuada con el prójimo y una salud mental y un medio social que permita el mejor desarrollo de la sociedad y sus miembros.

A. Adler[25] dice:

“La madre se halla en el umbral del desarrollo del sentimiento social. Ella puede fomentar u obstaculizar su capacidad de sentirse amado y aprender a amar. Es preciso reconocer que el contacto con la madre es de vital importancia para el desarrollo del niño”

Toda persona esta vinculada socialmente al grupo en que ha sido socializada. En ese sentido el individuo es un mito, o quizás para decirlo mejor sólo se es  individuo como parte de un grupo.

La persona es un haz de interrelaciones sociales. La individualidad absoluta o el exceso de individualidad no son las condiciones óptimas de la persona.

Montagú comenta:

“El llamado “individualista” es decir quienes piensan en la persona individual como valor absoluto, no es más independiente que el soldado sometido al mando. El individuo esta sometido a la cultura, a la necesidad del otro. El individualismo ni siquiera es una utopía deseable. Esto no quiere decir que la persona carezca del libre albedrío, pero es un albedrío que funciona dentro de límites y condiciones determinados por una cultura y un grupo social.”

El libre albedrío esta en la libertad de escoger el paradigma que mueve o como dice Saint Exupery: en su obra póstuma  “Ciudadela”:

 “Más caminos creas, más libre eres de escoger: ¿Llamas libertad al derecho de errar en el vacío?”[26]

No se trata de insinuar que el grupo o la sociedad sean superiores a la persona. Se trata de una mutua interrelación de satisfacción de necesidades de uno y otro Es obligación del grupo con respecto a la persona, hacer lo necesario para elevar al máximo sus potenciales y preservar su integridad. La obligación de la persona con respecto al grupo esta en contribuir al desarrollo de otros miembros de la sociedad. Es una reciprocidad. Ni la persona para el grupo ni el grupo exclusivamente para la persona.

En el sentido más profundo se puede decir, recordando nuevamente a Saint Exupery, que: la grandeza para el grupo y para la persona consiste en el servicio.

Montagú lo expresa como sigue:

“Hemos hablado algo del amor, pero no lo hemos definido. Las definiciones sólo adquieren sentido al final del análisis”

“Amar es colaborar activamente en la supervivencia y desarrollo del otro.”

“Amar es comunicar seguridad y la convicción de que estamos con el otro, que pueden confiar en nosotros, que no les defraudaremos, que no deben temer nada, y que no sólo estamos dispuestos a ayudarles sino que siempre lo estaremos. La más grande traición que puede cometer un ser humano contra otro es abandonarle cuando más lo necesita, y los seres humanos necesitan de sus congéneres no sólo algunas veces sino continuamente.”

“Amar es comunicar la sensación de estar absorbido en otro.” 

Es cierto que en los primeros años el niño exige y pide más de lo que puede dar. Llora, no duerme, tiene rabietas, pero eso no es causado, en general, por ninguna forma de des-adaptación, es sólo su único modo de decir, tengo hambre, estoy escaldado, tengo sed, hace calor o el pañal esta muy ajustado. Es su único medio de obtener lo que necesita para su subsistencia y bienestar. La madre de cada niño constituye para él su canal de comunicación con el mundo externo. Ella “sabe” qué llanto es conversación y cual no lo es. En este “conversar” ambos aprenden. Generan un código de comunicación.

En la medida que crece, el comportamiento del niño va siendo más concordante con lo que recibe y poco a poco va socializándose, es decir va relacionándose con otros. Este proceso no tiene periodos claros y en unos niños es antes que en otros. Mas bien debemos decir: el aprendizaje no termina nunca, el proceso de  elaboración del yo es permanente, desde que el ser nace hasta que muere.

Es lo que podemos llamar su “ir siendo”. Su evolución como persona. Nada es estático, todo esta en proceso. Nadie es esto o aquello. Hoy soy así, mañana seré otro, no sé cuan diferente, pero diferente. Igual tu y toda la naturaleza. La creación continúa.

En la medida que el niño avanza en edad, habrá de entender mejor, que si quiere que los demás satisfagan sus necesidades él debe buscar la satisfacción de las de los otros. Tomará conciencia que hay que estar dispuesto a renunciar a cierta satisfacción para obtener otras, sufrir determinada privación para permitir alcanzar alguna compensación social.

Es difícil exagerar la importancia que tiene el amor en los comienzos de la vida y del desarrollo social del niño. Las caricias de la madre a temprana edad son estimulantes de potenciales que sólo se ponen en marcha al recibir tales estímulos. De lo contrario los potenciales se alteran o se pierden.

En las clínicas pediátricas modernas se considera parte de la terapia, al lado del médico, la presencia de la madre prodigando cuidados y amor al niño enfermo. Uno aplicará su ciencia, ella, quizás lo más importante para la recuperación del enfermo, su amor. Este tipo de terapias, quizás no debiera limitarse a los niños.

Son conocidos los casos de niños abandonados por su madre después del parto, cuya recuperación es muy difícil por efecto de la secuela que la falta de amor produce. No obstante el empeño que suele haber en los hogares de huérfanos y abandonados, el problema de la readaptación es un común denominador.

Hay entonces una fisiología de la falta de amor que deviene en enfermedades de todo tipo, empezando por la debilidad y la falta de desarrollo del peso, llegando a retardos mentales graves. La  psicopatía de la falta de amor suele llevar al adulto a comportamientos delictivos, a la drogadicción y al crimen. En estudios realizados en cárceles juveniles se encontró una relación clara entre la falta de afecto de la madre o la familia y la delincuencia, tema que debiera divulgarse a fin de minimizar los problemas mediante la toma de conciencia de los padres y la sociedad toda. Esto no es una filosofía o una manera de pensar son realidades demostradas.

Montagú dice:

“La base biológica del amor reside en la tendencia del organismo a satisfacer sus necesidades básicas de un modo que lo haga sentirse seguro. El amor es seguridad, pero la seguridad sola no es amor. No basta la mera satisfacción de las necesidades, éstas han de ser satisfechas de un modo determinado, de un modo que sea satisfactorio tanto física como emocionalmente. Los niños como los adultos, no viven sólo de pan”.

“Cuando las necesidades del organismo en desarrollo no se satisfacen adecuadamente, es decir en el marco del amor, cuando ha habido frustraciones y privación, cuando ha habido una privación del afecto, el organismo sufre,  deviene ansioso, tenso, temeroso, hostil”.

VIDA INTRAUTERINA – FAMILIA – SOCIEDAD.-

Al producirse el encuentro del óvulo y el espermatozoide empieza la vida. En ese momento comienza el proceso por el cual la naturaleza habrá de producir un ser completo.

Durante la gestación, en su vida intrauterina, el no-nato vive en un medio donde desarrolla sustentado por mecanismos a la entera satisfacción de sus necesidades fisiológicas, él sólo debe estar, no le compete acción alguna.

A partir del parto las condiciones del neo-nato cambian de absoluta dependencia y total inacción, a otra en que se inicia un proceso que va de aquella dependencia absoluta a una independencia y libertades al llegar a su mayoría de edad concordantes con el medio social y necesidades de los otros.  Transición que tomará la vida entera.

Ese proceso no puede concebirse como saltos bruscos e inquietantes, que pudieren acarrearle problemas a su salud mental, sino más bien como un proceso paulatino. Después del ámbito intra-uterino hasta la adultez, el medio ambiente es la familia. ¿Qué es la familia?

La relación madre-hijo o mejor padres-hijo es de carácter especialísimo, no sólo por los lazos de sangre o genéticos, que pudieren existir, sino por lo que significa frente a la responsabilidad de cubrir sus necesidades básicas. Esto genera entre ellos, normalmente, una relación que no tiene comparación. Madre no es la que pare al niño, Padre no es quien aporta el espermatozoide, Padre y Madre son aquellos que le dan el amor y la atención que necesita el niño para la satisfacción de sus necesidades básicas. Eso es la familia.

La Familia constituye, después del seno materno, lo que podríamos llamar un segundo seno, un segundo ambiente continuación del primero. Este nuevo seno es ahora más amplio, pero debe reunir, sobre todo al principio, los mismos requisitos de seguridad, alimentación y amor que la vida intra-uterina que tuvo previamente.

En la Familia, el niño debe tener a su alcance, de modo sutil, los primeros contactos sociales, al principio limitado a seres muy ligados a él, como sus padres, sus hermanos, mas adelante los tíos. El círculo de relaciones se hará cada vez más amplio. Así, el niño va encontrando lo necesario para sentirse primero parte de una familia, mas tarde parte de una sociedad, después parte de una cultura y finalmente parte de una responsabilidad.

La familia no es por tanto una entelequia ni un invento humano, es lo mas ajustado a la naturaleza de los seres vivos. La familia se da en todas las especies de un modo u otro. Habrá variantes pero en todas constituyen formas naturales de apoyo y satisfacción de necesidades.

Si tratamos de quitarle su cachorro a un perro él tratará de evitarlo y quizás te muerda. No será lo mismo si arrebatas la cría de un canario, aunque primero habrás de espantar a la madre para que se aleje del nido. Sin embargo, perro, canario o león, todos  se preocupan en dar de comer a sus crías. Las diferencias radican, en principio, en la genética de las distintas especies y las diferencias de comunicabilidad entre ellos. Casi todas las especies animales “enseñan”, ciertamente por instinto, pero les “enseñan” a sus crías a buscar el alimento, a volar o a caminar y eventualmente a defenderse. No le “enseña” eso, salvo excepciones, a las crías de otro y sólo muy raramente a los de otras especies, lo hacen con las suyas, con su familia. Es indudable que ésta “familia” de las distintas especies animales no puede pretender comparación con la familia de la especie humana. La idea es dejar claro que la familia no es una invención del hombre ni de las constituciones políticas de las naciones, ni de las religiones. La familia es consustancial a los seres vivos, como medio fundamental de supervivencia, desarrollo y transmisión de la cultura

Por todo esto, la familia es la base de toda sociedad. La solidaridad que la familia establece en su seno, como consecuencia de la mutua satisfacción de necesidades y el amor que esto significa, se extiende, primero a otras familias y a la sociedad de la que éstas son parte. El grupo social se define por los lazos que une a las familias.

La familia constituye una sociedad en pequeña escala, una escuela para el aprendizaje social, para la colaboración, para la formación del yo y la personalidad.


CAPITULO SEXTO

DESARROLLO Y MEDIO


Si nuestra pretensión es encontrar la dirección del desarrollo del hombre, es decir encontrar la vía, el camino para que el desarrollo humano sea óptimo y si este desarrollo es afectado en forma importante por el medio, será necesario nos detengamos un tanto en el tema del medio y lo veamos desde distintas perspectivas.

El medio constituye todo aquello que rodea la vida humana. En esta perspectiva podemos establecer distintos tipos de medio:

LA NATURALEZA.-

Es todo medio físico, con vida o no, que rodea la vida del hombre. Todo aquello que coexista o haya coexistido con la vida humana. La naturaleza tiene, conocidas o no, sus propias reglas de funcionamiento a las que de un modo u otro el hombre trata de adaptarse y  a usarlas para sus fines.

La naturaleza es inalterable. Pero toda ella puede ser usada y ser susceptible de adecuarse a nuestras necesidades, la ciencia y el desarrollo de la tecnología hacen eso permanentemente. Distintos aspectos de la naturaleza que existen sin conexión pueden alterarse en forma artificial: El oxígeno, mezclado con un derivado del petróleo, como la gasolina, accionados por una chispa produce una explosión que puede manejarse. Calentando el agua podemos generar vapor y usarla como energía. La física nos dice que la energía no se pierde ni se consume, sólo se transforma. Al calentar el agua, transformamos energía. Toda la naturaleza externa al hombre es u medio susceptible de adecuarse para su beneficio.

Cada ser humano tiene sus características fisiológicas y su conformación física. Ser alto o bajo, gordo o flaco, constituyen un medio. No sólo hay un medio físico, también hay un medio mental o psicológico. Nuestra psiquis, nuestras neuronas son parte de nuestro entorno fisiológico. Por otro lado los potenciales humanos son parte de la naturaleza que rodea al hombre.

Al ser el hombre el resultado de una evolución en un medio, la naturaleza que rodea al hombre que constituye su medio esencial es por ello un medio afín a él. Pero como la evolución es permanente, es decir el proceso de cambios continúa, el hombre evoluciona también en concordancia con el medio.

Los seres vivos que no logran su adecuación al medio tendrán cualquiera de las siguientes situaciones: Perderán o modificarán sus potenciales, o desaparecerán como especie.

CULTURA,  CIRCUNSTANCIAS  Y MEDIO.-

La cultura constituye un medio en la vida del hombre. La cultura que el hombre ha gestado o sus distintas formas de expresión constituyen un medio. Nacer y crecer en la India, no es lo mismo que hacerlo en Italia. Nacer y crecer en el siglo X no es lo mismo que hacerlo en el siglo XX. Las diferencias culturales en aquellos ambientes, afectan en formas diferentes nuestras personalidades y darán formas distintas a nuestros potenciales. Los  hombres del siglo X se habituaron a una vida  muy ligada a la naturaleza que los hizo muscularmente más fuertes, pero también más propensos a enfermedades. El hombre del siglo XX, será, dado el desarrollo de la ciencia, más y mejor pensante que el del siglo X, será también más sano, pero físicamente más débil. Será menos aguerrido pero quizás más violento. La cultura constituye un medio fundamental en el desarrollo humano.

Ante este hecho nos encontramos en una situación de influencias recíprocas. La cultura es hechura humana, y ella afecta a su hacedor. Es una realidad que retomaremos mas adelante.

El intercambio entre potenciales y medio cultural es difícil de precisar. La complejidad del desarrollo humano es indudable. ¿Cuánto me afecta la lectura de un libro y cuánto lo afecta a mi amigo? Es imprevisible

Hemos referido que una de las características fundamentales del hombre es su educabilidad. Es decir su capacidad de  adaptación a un medio social y a la cultura vigente de la que es autor y a su vez víctima, si cabe la expresión.

La educación es el canal para la toma de conciencia e inserción de las personas en el medio cultural en que vive. Si bien la simple convivencia inserta a las personas en los aspectos generales de la cultura, se hace necesaria una formación sistemática, que llevará su existencia a, participar de la cultura como agente activo y pasivo a su vez.

No debemos confundir conocimientos con cultura, error bastante generalizado en el lenguaje cotidiano.

La cultura esta constituida por el modo y forma en que vivimos, por nuestras creencias, por la forma de nuestras relaciones con  los demás y por la forma en que vemos nuestro pasado y enfrentamos nuestro futuro.

Los conocimientos constituyen el dominio elevado o no de la información que la cultura de una determinada época, pone a nuestro alcance. Leer muchos libros permite a cualquiera saber muchas cosas, pero eso de por si no lo inserta en la cultura del medio en que vive.

Llamamos circunstancia a cierta particularidad que acompaña un hecho. Hay circunstancias que son parte de la naturaleza de las cosas y otras que son propias de la cultura, pero todas ellas son parte del medio.

La presencia de otras personas y mi relación con ellas afectan mi personalidad. En este sentido, el otro es una parte del medio que me rodea. Los ejemplos que veo, el libro que leo, la personalidad de mi profesor, la justicia o injusticia que me rodea, son circunstancias que afectan mi personalidad, mi yo.

El nivel de educación, justicia, orden o desorden, son circunstancias que conforman un medio cultural, produciendo sus efectos en nuestro desarrollo, en nuestra personalidad, en nuestro yo.

CAPITULO SEPTIMO

LA DIRECCION DEL DESARROLLO HUMANO

Ha llegado la hora de definir la Dirección del desarrollo humano que hemos estado buscando.

El destino de una civilización no depende, como muchos piensan, de su sistema político, de su  estructura económica o de su potencia militar. Depende, en primer término, de su cultura, y dentro de ella principalmente, de sus creencias. De lo que creamos y sintamos acerca del hombre; acerca de las posibilidades de la naturaleza humana; acerca de nuestras relaciones o ausencia de relaciones y lo que pensemos sobre cosas como el significado de la moral, la ética, los valores, la religión y nuestras esperanzas en cualquiera de sus formas.

Montagú dice:

“El hombre nace bueno. La vieja idea de que el ser humano es por su naturaleza “un bárbaro” ó “un animal”, de que los niños son “hostiles y anarquistas”, “agresivos y fanfarrones”, procede de las falsas interpretaciones  de la doctrina de la caída o el pecado original que  felizmente, en los últimos años, como resultado de estudios influenciados por la biología evolucionista y el psicoanálisis, se han dejado de lado  por erradas y nefastas.”[27]

Los seres humanos nacen buenos, en el sentido de que no hay en ellos mal ni hostilidad preestablecida. Nacen buenos, como buenos nacen los árboles o cualquier parte de la naturaleza.

No obstante, nacen también con alguna forma de potencial para el mal. Nace para ser. En todo hombre hay lo que los psicólogos de la escuela Freudiana llaman “pulsión de muerte”, es decir tendencias contrarias a lo que sería óptimo y deseable. Nace bueno pero con temores, el medio aparentemente apto se le presenta hostil por efecto de sus propias deficiencias psicológicas, inseguridades etc. Afloran sus egoísmos y otras formas de reacciones en una sociedad masificada donde se olvida a la persona y no se le deja ser.

Es importante tener esto claro, si el hombre ha de ser libre, tendrá que serlo para cualquier forma que él elija, la del bien o la del mal o quizás para un intermedio de estos extremos. Deberá ser libre en el medio que se le presente. No es posible pensar en la existencia del bien aislado del mal. Unos y otros se necesitan, como se necesitan la luz y la sombra, el día y la noche. En este marco, los hombres nacen perfectamente equipados para funcionar y potenciarse al máximo de sus posibilidades, para ello,  necesitan el afecto y el amor de otros y desean y necesitan amar a otros. Cuando, como suele pasar, ocurre lo contrario es porque hay una sociedad que, por falta de un claro sentido del amor, impulsa al mal y convierte a niños potencialmente aptos, en adultos desordenados. No es pensable que todos los seres humanos sean sanos y buenos, pero si es pensable que podamos hacer que sea la tendencia mayoritaria, que la cultura se dirija hacia ella y no que se aleje de ella.

Cuando observamos con tanta frecuencia que la humanidad es arrastrada por el egoísmo, por el afán del dinero,  o el poder etc. No es porque traiga, tales  males de nacimiento enraizados en su personalidad, sino porque la falta de valores y principios éticos de la cultura imperante en el medio en que ha nacido le hace creer que para sobrevivir debe pensar primero en sí y después en los demás.

El obrar el bien o el mal son formas por las que el individuo puede optar sobre la base de los conceptos éticos y morales que estime como válidos. La adopción de valores éticos y morales auténticos, es decir, que propicien el desarrollo del individuo y de sus congéneres más cercanos, deben ser sembrados por la educación que reciba, tanto en el ámbito familiar, como el escolar y el social. El individuo es así un alumno de sus padres y sus hermanos, de sus profesores y compañeros de clase y de la sociedad y medio ambiente que le rodea. En este contexto es también alumno de su economía, de su religión, y de todo lo que rodeándolo de un modo u otro dirige u orienta sus decisiones. Es también al mismo tiempo víctima de sus debilidades, complejos, egoísmos etc. que lo acompañan mientras no los resuelve, en caso que le sea posible.

Esta no es una situación fatalista en la que el individuo será lo que otros quieran. La educación que la persona recibe de todo su entorno durante su vida, no son necesariamente obligaciones ineludibles. Si la educación recibida le provee una personalidad firme, podrá dirigirse según sus propias convicciones después de observar lo que el medio le proporciona. Esta regla tendrá la excepción de los casos, lamentablemente frecuente de daños psicológicos que arrastran a la persona al margen de su conciencia.

El amor es indispensable para el adecuado crecimiento y desarrollo físico y psíquico del organismo. Las aportaciones que hace el amor a las personas en desarrollo benefician su inteligencia y su salud mental.

El amor es la piedra de toque y la brújula por la que el hombre puede guiar su propio rumbo entre los escollos y arrecifes que las complejidades humanas nos ponen en la vida. Es la necesidad fundamental del hombre.

EL CONFLICTO HUMANO.-

Ya hemos referido que en todas las especies la base de su existencia y su desarrollo es la cooperación y el amor. No obstante no podemos dejar de comprobar que la existencia de la humanidad esta rodeada de conflictos. Ante esta realidad la pregunta sería: ¿Es utópico el planteamiento de la colaboración y el amor cuando comprobamos la evidente existencia de conflictos casi permanentemente? ¿Cómo se conjugan estas realidades aparentemente antagónicas?

CONFLICTO significa para nosotros el desencuentro, la divergencia, la falta de concordancia entre los hombres.

EL CONFLICTO, no hay que hacer esfuerzos para comprobarlo, es un hecho en el marco de la existencia humana. En el supuesto, negado que el conflicto pudiere no existir, ésta no sería una sociedad de seres humanos tal como los conocemos sino quizás una especie de quasi robots incapaces de pensar por sí mismos.

Imaginemos por un instante que todos los hombres de la tierra pensáramos exactamente lo mismo sobre un tópico cualquiera y que tuviéramos respecto de él las mismas experiencias y las mismas ideas. Este absurdo, nos permitiría asegurar que sobre tal punto no habría conflicto alguno, pero también podríamos asegurar que sobre dicho punto los hombres no avanzaríamos absolutamente nada. Tal asunto sería un absoluto, no cabría cuestionamiento que hacerle y se le mantendría incólume. Es decir la perfecta fórmula para el no progreso.

Como felizmente no se da tal situación y la realidad es que existen los conflictos y las divergencias de opiniones y posiciones sobre todos los temas, habrá entonces algunos que estarán más cerca de la verdad que otros. Es la verdad de unos frente a la de otros. Los hombres somos una diversidad por lo que siempre habrá un cuestionamiento que hacer, una duda que plantear, una vivencia que alterará el status; eso nos permitirá pensar, analizar, enfocar las ideas permanentemente, lo que traerá nuevas formas de pensar, de sentir, de vivir, es decir habrá PROGRESO. Como Los conflictos en la vida de la humanidad, son permanentes, otros conflictos se presentarán en nuestro futuro que harán posible otros progresos más adelante.

Esta es la forma y características de la persona humana que a mi juicio, nos pone en un nivel superior. Superior por ser siempre posible ser mejor, por hacer posible una relación de amor en medio de esos conflictos.

Que dos personas se encuentren y uno de ellos emite una opinión de la que el otro discrepa, es la fuente del desarrollo de las ideas y para que al menos alguno de ellos, o ambos, encuentren la verdad o más exactamente se acerquen a ella. Esta es no sólo la fuente del desarrollo personal sino también la fuente del desarrollo del hombre como especie. El mejor pensamiento es el resultado del debate entre las ideas de unos con las de otros. El gran pensador es el que logra remodelar sus ideas después de haberlas compulsado con otros. Así, “In estricto sensu”, nadie tiene ideas absolutamente propias, todas son ideas de todos, ideas de la época.

La ausencia de conflictos, sólo sería fuente de ignorancia y  de ausencia de desarrollo. El conflicto es consustancial al hombre, como lo es el bien y el mal.

Alguien me dice que aseverar que sin conflicto no hay progreso, es apoyar la tesis de los belicistas, es a mi juicio un error. La existencia de conflictos no significa que la solución de ellos deba ser por medio de guerras, golpes o muertes, es decir de cualquier manera. Hay, debe haber y habrá conflictos, negarlo es desconocer la naturaleza humana. El problema no es el conflicto sino la forma en que se resuelven, la forma en que las partes encuentran la verdad o para decirlo mejor, la forma en que se acercan a ella.

El amor humano no significa ausencia de conflictos, toda relación tiene matices. Entre los amantes habrá concordancias y discordancias, pero si existe amor este será el que logre que las discrepancias se resuelvan, no con balas ni con golpes sino  con la aceptación del uno y del otro.

Ninguna forma de amor por más perfecto que éste sea nos librará del conflicto. La tolerancia respecto de las ideas y formas de ser de otros no significa vivir sumiso ni rendir la búsqueda de la verdad. Siempre, absolutamente siempre puedes ser tu o yo quien esté más cerca de la verdad.

Alguien me dice que soy excesivamente relativista. Quizás si y me someto al juicio de ser relativista. Desde que existen y subsisten en el mundo dos personas que miran, oyen, sienten, palpan y gustan a través de órganos que no son exactamente iguales todo será relativo. No hay otra opción. Por eso es que hay que ser tolerante, por eso es que hay que aceptar la posibilidad de que el otro esté mas cerca de la verdad o tenga la razón en algo concreto.

No hay verdades absolutas. Salvo mejor parecer. Si tu mejor modo de pensar así te lo dicta, admito que yo podría estar equivocado, pero defenderé mi pensamiento con todo lo que se me ha dado.

Este capítulo ha sido llamado: LA DIRECCION DEL DESARROLLO HUMANO  y confío haber dejado claro que ésta dirección esta regida primero por la voluntad del hombre y segundo por el amor. Que al hablar del amor no me refiero al amor erótico ni a la pasión para compartir la vida de una pareja. Me refiero al amor entendido como aquello que busca que el otro sea mejor, que sus potenciales se realicen, que busca que yo y el otro seamos mejores en todo sentido. Un amor en el que lo contrario sería desparramar sobre la tierra hombres enfermos, incapaces de dar de si algo en beneficio de los demás.

Debe quedarnos claro que el amor es lo único capaz de generar hombres psicológicamente sanos, capaces de entender sus responsabilidades sociales y capaces de colaborar para guiarnos a través de los siglos en este viaje rodeados de galaxias para mayor gloria del creador.
EPÍLOGO DE LA PRIMERA PARTE

UNA MIRADA AL FUTURO

El problema del hombre de hoy es que ha sido educado sin hacerle saber que el futuro depende de su propio esfuerzo; y que su capacidad de amar constituye su más grande potencial.

Como consecuencia, hemos gestado una cultura del egoísmo afectando a criaturas biológicamente preparadas para la colaboración. Hago notar la diferencia entre una cultura del egoísmo y el hecho de que el hombre pueda ser pasible de egoísmo, lo primero es una mala creación del hombre, lo segundo es sólo la comprobación de que existe una “pulsión de muerte”

El amor a que nos referimos no sólo pone en nuestras manos formas de comportamiento que permiten la convivencia humana y optimicen nuestros potenciales sino que más allá de eso se trata del amor, no sólo como una bella forma de vida que muchos invocan, sino de un amor al que hay que darle un peso aún mayor del que solemos darle, como forma de relación humana. Un amor al que hay que entender como una necesidad vital, de modo de hacer viables nuestros potenciales y permitir la supervivencia humana. No es sólo cuestión de bien o mal, es cuestión de vida o muerte.

En las escuelas se comete un grave error al no distinguir debidamente el proceso de educación de los niños, del proceso de su instrucción. En nuestro afán de darles a nuestros hijos los conocimientos de la técnica y la ciencia, hoy en un avance extraordinario y a lo que nadie puede quitar importancia, hemos olvidado lo que significa la educación misma. Hemos dejado de darles el mensaje esencial para darles sólo lo accesorio.

¿Quién habla en las escuelas de hoy de amor, respeto, moral o ética, principios o valores? Los padres, demasiado ocupados con la producción, la economía y la política, hemos dejado a escuelas mal preparadas, la educación de nuestros hijos.

Más grave es aún que inclusive en las escuelas a cargo de movimientos eclesiales, que supuestamente debieran tener conciencia de la necesidad de transmitir los principios fundamentales que hemos mencionado, los han puesto de lado para poder “competir” asumiendo “valores” que nuestra mal orientada cultura nos esta imponiendo.

¿Qué mérito pueden tener los conocimientos que se quiere dar en las escuelas si no están integrados en un marco ético-moral acorde con la responsabilidad del hombre para con el hombre? ¿De qué nos sirve un buen ingeniero, si no tiene capacidad para  respetar a los demás, si no es capaz de ser un buen padre o una buena madre, si no es capaz de colaborar con los principios rectores del desarrollo de la persona humana?

Los medios de comunicación a quienes les hemos abierto la puerta en nuestros hogares, nos están  imponiendo la cultura de la violencia y están devaluando nuestra vida, convirtiéndose así en una “escuela” nefasta para nuestra sociedad. El cine de hoy, en aras de un supuesto entretenimiento nos sugieren modos de pensar  y estilos de vida basados en falsos valores. La sociedad, afectada por la crisis económica y otros problemas, parece haber arriado sus banderas, ya no reclama, ya no lucha. Me pregunto ¿Ha perdido la esperanza? ¿Habrá perdido sus potenciales? ¿Hacia dónde vamos?

Hemos visto que los hombres tenemos la capacidad para orientar el futuro. Los hechos ocurren por causas que en una medida u otra podemos manejar. No somos ni tenemos porqué ser víctimas de las circunstancias. El determinismo debe ser eliminado de nuestra forma de pensamiento. Si nos sentimos pequeños e incapaces, el futuro será imprevisible, pero si tomamos conciencia clara de nuestros potenciales tendremos un futuro a la medida que queramos.

En nuestros países tan escasos de todo, nuestros niños crecen no sólo faltos de alimento, lamentablemente también crecen y viven faltos de amor, lo que resulta mucho más grave. Eso los deja huérfanos de algo fundamental para su desarrollo. Para muchos padres el hijo es sólo una carga que eluden, o una fuente de ingresos que mendiga en las calles o a quien lleva en sus brazos no para darle el amor que necesita sino para mostrar a terceros la tragedia de su pobreza.

Lamentablemente la actitud de la dádiva o la limosna, es a mi juicio una errada visión de la caridad que no resolverá nuestros problemas, mas bien los agrava. Se lee a los grandes autores pero no parece entendérseles y menos seguírseles. Muchos elogian a Saint Exupery: pero pocos reparan en la forma como él define el verdadero sentido de la caridad cuando dice:

La caridad según el sentido de mi imperio es la colaboración[28]

El amor al que nos hemos referido en este ensayo, esta en la capacidad del hombre para optar por aquello que le es óptimo para su subsistencia y la de su especie. Es entonces una consecuencia. No es cuestión de amar “per se”, se debe amar por que es bueno a ti y al otro, por que es necesario para su desarrollo y bienestar. Que la fisiología pone los elementos para hacer de esto un hecho grato resulta un accesorio de primer orden, pero no debe permitirnos olvidar lo esencial. Esta forma de ver el amor es el verdadero trabajo del hombre, esta es su misión, esta su salvación: Simplemente colaborar al desarrollo de la humanidad como especie. No otro, creo yo, debe ser el proyecto del Dios Creador para los hombres.  Todo le demás es accesorio.

El desarrollo de una nación se sustenta en sus ciudadanos. Si no contamos con hombres psicológicamente sanos, formando núcleos de familias unidas y fuertes, todo esfuerzo por el desarrollo de las naciones será inútil. Del mismo modo, todo esfuerzo por lograr hombres sanos y familias fuertes capaces de desarrollar en sus hijos todos los potenciales para su vida, será inútil si no va aparejado con un desarrollo material que les permita contar con el acceso a los elementos que la cultura proporciona para ayudarles a que sus vidas sean útiles y fructíferas. A este objetivo dedicaremos la segunda parte de este ensayo.


ALM.


[1] Hábitat: Palabra de origen francés que expresa lo relativo a la residencia del hombre u otros seres.
[2] Erich Fromm: “La revolución de la esperanza” Fondo de Cultura económica. 1970
[3] Saint Exupery: Ciudadela, Capítulo XXV
[4] El valor de PI con 20 decimales es: 3.14159 26535  89793 23846 Las separaciones están puestas para facilitar la lectura del número, PI es un número IRRACIONAL, es decir que no se puede expresar como una relación de dos enteros, y cuyo número de decimales no tienen límite.
[5] Me preguntan ¿Porqué da ese resultado? La respuesta es: Hay una determinada probabilidad de que el centro del palito caiga a una distancia dada de una raya y hay otra determinada probabilidad de que el palito caiga con cierto ángulo respecto de las líneas. Cómo ésta segunda probabilidad está ligada al círculo que el palito forma según los 360 grados de posibles ángulos, éste  hecho hace aparecer PI en el resultado. La demostración matemática se puede encontrar en el “Curso de Análisis Matemático” Tomo III,  de Cristóbal de Losada y Puga. Para esto hay que saber sobre el cálculo de probabilidades y algo de Cálculo infinitesimal. De lo contrario les ruego un acto de fe o la comprobación física del hecho tirando el palito cuando menos unas 6000 veces, como lo habría hecho Santo Tomás.
[6]Ideales e intereses, podrían se equivalentes salvo si tomamos en cuenta cierta valoración. Los intereses podrían ser mezquinos si se quiere, pero lo mismo se podría decir de los ideales. No todo ideal es supremo.
[7] Los “icebergs” se originan por el desprendimiento de grandes bloques de hielo de las costas cercanas a los polos. Los de Groenlandia, por causa de las frías aguas del Océano Atlántico son arrastrados por las corrientes muy hacia el sur. Conforme el agua del mar se va haciendo menos fría,  se van derritiendo y haciéndose cada vez mas pequeños, hasta que desaparecen. En el Océano Pacífico no suele haber este problema por que son aguas menos frías que las del Atlántico.
[8] Expresión común, “vulgarismo” que indica que algo tiene muy poco desarrollo. Sólo los bebes usan pañales.
[9] Las olimpiadas de Atenas se realizaban en estadios de aspecto similar a los actuales, pero ciertamente más pequeños.
[10] Hace pocas semanas dos golfistas de talla mundial jugaron un mach nocturno.
[11] Beagle es el nombre del barco en el que Darwin viajó a la búsqueda de nuevas especies en la naturaleza.
[12] La Dirección del desarrollo humano Pág. 56.
[13] A. Montagú: “La Dirección del Desarrollo Humano. Cáp. II Págs. 27 y 28
[14] Detumescencia es la palabra que aparece en la versión traducida al castellano de la obra de Montagú
[15] Malinowski: Insertar datos
[16] La Dirección del Desarrollo Humano: Pág. 127/128
[17] No se conoce influencias nocivas, dice Montagú,  en la falta de satisfacción sexual. Sólo algunas perturbaciones psicológicas en algunas personas por esa causa, podrían ser por efecto de la falta de actividad  sexual en un medio altamente propenso a ellas.
[18] La Dirección del Desarrollo Humano: Págs. 239 - 247
[19]  “La Dirección del Desarrollo Humano”  Pág. 132
[20] Jean Paul Sartre:
[21]  Leo Loeb:
[22] Alguien me pregunta si el actual desarrollo de la llamada ingeniería genética no constituye un cambiar la naturaleza. Respondo: No es así, la ingeniería genética lo que ha logrado es conocer la base de la organización genética y hoy se especula sobre su posible manipulación. De lograrse tal cosa sería equivalente a cualquier otra acción del hombre sobre el cuerpo humano, lo que no significa cambiar las leyes de la naturaleza, sólo cambiamos la forma como éstas leyes nos afectan.
La Ingeniería Genética podría quizás modificar ciertos potenciales y/o algunas características físicas, que pueden influir de un modo u otro en la personalidad del ser. Habrá que ver que uso le damos los hombre a nuestros descubrimientos. La ciencia atómica puede matar vidas o salvar vidas.
[23] Ver La dirección del Desarrollo Humano Pág. 167
[24] Ver La dirección del Desarrollo Humano Pags. 239 y 247
[25] Alfredo Adler: Médico psiquiatra austriaco, (1870 – 1937) creador de la Teoría Psicoanalista del carácter individual.
[26] Saint Exupery: Ciudadela Cap.
[27] Ashley Montagú: “La dirección del desarrollo humano” Pág. 253
[28] Ciudadela, capítulo VIII